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Talento Joven Fundación BBVA Carlos Rodríguez Pardo, informático: «Usar inteligencia artificial para tareas creativas nos hace más tontos»

Conoce como pocos las tripas de la inteligencia artificial. De hecho, sus algoritmos han contribuido al desarrollo de aplicaciones comerciales en el mundo de la arquitectura, la moda y el cine, que le han valido el premio de la Fundación BBVA y la Sociedad Científica Informática de España. Ahora se enfrenta a un nuevo reto: frenar el cambio climático. 

Fundación BBVA.

Viernes, 03 de Octubre 2025, 11:57h

Tiempo de lectura: 2 min

Trabajaba en una start-up de éxito, pero tenía la necesidad de hacer algo más relevante a nivel social», explica Carlos Rodríguez Pardo (Madrid, 1994), galardonado con el Premio de Informática SCIE-Fundación BBVA 2024 por sus hallazgos en el procesamiento de imágenes. Ahora estudia la evolución del cambio climático en el Politécnico de Milán. «No busco solo generar conocimiento, sino ayudar a desarrollar políticas públicas más eficaces».

«Habrá una reacción. La gente no va a querer leer libros escritos con IA. Querrá autenticidad: arte y periodismo hechos por humanos para humanos»

¿La situación? «Me cuesta ser optimista. Es probable que durante dos décadas el clima esté ya condicionado. Lo que intento averiguar es cómo las acciones que tomemos hoy pueden mitigar esta catástrofe a partir de 2040, 2050, que es cuando se empezarán a notar los efectos de lo que hagamos ahora». La credibilidad es fundamental:  «Si los científicos perdemos la confianza de la sociedad, será imposible hacer políticas basadas en la evidencia. El negacionista típico, conspiranoico, es una minoría. Me preocupan más los que no quieren hacer nada por ideología o interés económico».

Reconoce que el efecto del cambio climático será diferente según la región: «Países fríos, como Rusia o Canadá, pueden tener más tierras de cultivo. Pero no se beneficiarán si el resto del mundo está peor». Y añade: «Antes preocupaba que el petróleo se fuera a acabar. El problema ahora es que no se acaba». Esto, sin embargo, lo lleva a una predicción optimista:

«La transición energética no vendrá por la escasez de la oferta, sino por la de la demanda. Si cubro mis necesidades con energías limpias, ¿para qué comprar combustibles fósiles?», plantea.

También es crítico con la tecnología que más domina. «Llevo diez años desarrollando algoritmos de IA, pero evito usar ChatGPT para tareas creativas. Creo que nos hace más tontos y que no hemos pensado a fondo las consecuencias de adoptarlo para todo». Y reflexiona: «Estamos derivando muchísimo dinero a tres o cuatro empresas. Esta dependencia me inquieta más que la pérdida de empleos, que no veo de momento». Incluso pronostica una revalorización de la creatividad. «Habrá una reacción. La gente no va a querer leer libros escritos con IA. Querrá autenticidad: arte y periodismo hechos por humanos para humanos».


Las claves de mi trabajo


1

«Utilizo inteligencia artificial para estudiar los efectos del calentamiento global, intentando predecir su evolución para ayudar a las instituciones a combatirlo».

2

«Trabajo con los escenarios del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU diseñando herramientas que se puedan aplicar en la toma de decisiones».

3

«Antes desarrollé algoritmos de procesado de imagen, como el programa Textura, que simula tejidos y superficies más realistas. Tiene aplicaciones en cine, moda, arquitectura…».

4

«Creo en la responsabilidad del científico: debemos reflexionar sobre las consecuencias de nuestro trabajo, a quién beneficiamos y cómo crear tecnología con un impacto positivo».

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