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Talento Joven Fundación BBVA Alberto Rodríguez Vázquez, matemático: «Con un alien no podríamos hablar de amor o de comida, pero un círculo es un círculo aquí y en Andrómeda»

Descubrir la forma del universo es el mayor reto de la geometría, una rama de las matemáticas que empezó en la Grecia clásica. Rodríguez Vázquez aspira a encajar las piezas de ese puzle gigantesco. Ya ha logrado completar un problema que llevaba un siglo planteado, por lo que ha recibido el Premio de Investigación Vicent Caselles de la Fundación BBVA y la Real Sociedad Matemática Española (RSME).

Fundación BBVA.

Jueves, 20 de Noviembre 2025, 15:15h

Tiempo de lectura: 3 min

Hace dos mil años, Eratóstenes midió las sombras en dos ciudades diferentes y dedujo que la Tierra era redonda. «Fue el primer gran triunfo de la geometría: descubrir la forma del mundo por puro razonamiento. Hoy, el mayor desafío es descubrir cuál es la forma del universo», reflexiona Alberto Rodríguez Vázquez (A Coruña, 1995), Premio de Investigación Matemática Vicent Caselles 2024 de la Fundación BBVA y la RSME. «Los griegos no tenían naves espaciales para mirar el mundo desde fuera, pero nosotros tampoco podemos salir del universo para observarlo. No sabemos si es plano o curvo, si tiene un agujero como un dónut, si hay múltiples dimensiones…».

«Creo que algunos científicos están demasiado cómodos en sus cubículos. Por el contrario, los negacionistas tienen un discurso muy ensayado. Eso hace que mucha gente se deje llevar por un hilo argumental basado en falacias»

Rodríguez Vázquez disfruta de una estancia Marie Curie en la Universidad Libre de Bruselas, aunque regresará a España con el prestigioso contrato Ramón y Cajal. «Los matemáticos somos exploradores. No inventamos, descubrimos. Las ecuaciones desvelan la realidad. Cuando demuestras un teorema, sabes que es verdad. Por eso, hablar de matemáticas sería la mejor forma de romper el hielo con un extraterrestre. Quizá no podríamos hablar de amor, de comida o de política… Pero un círculo es un círculo aquí y en Andrómeda. Si yo me encontrara con un alien, le preguntaría si tiene algún truco para visualizar espacios de más de tres dimensiones. Muchas veces trabajo a ciegas. Vivo en el mundo de las ideas platónicas».

Su relación con los físicos es «complicada». «Ellos lanzan la imaginación a volar y luego nos piden ayuda a los matemáticos para formalizar sus teorías –cuenta–. El problema es que la física teórica a veces va tan por delante de la tecnología que no puedes demostrarla. Parece casi una religión; te la crees o no».

Se lamenta de que mucha investigación esté viciada por el «efecto cobra». «El Imperio británico pagaba en la India por cada cobra muerta, así que la gente empezó a criarlas y fue contraproducente. En ciencia también hay incentivos perversos».

Y explica que la obsesión por «publicar o morir» ha llegado tan lejos que hay editoriales que publican a destajo. «Algunos pagan por salir en esas revistas, incluso con dinero público; a veces sus trabajos no se someten a revisión». Una práctica que hace que los rankings no sean ecuánimes. «Esto perjudica a los que publican menos, pero con calidad y en revistas de prestigio».


Las claves de mi trabajo


1

«En mi tesis completé una clasificación de superficies simétricas que otros empezaron hace un siglo. Fue como terminar el último mapa de un continente desconocido».

2

«Ahora exploro espacios curvados como una esfera, pero en más de tres dimensiones. Busco que cumplan las ecuaciones de Einstein para entender la forma real del universo».

3

«Hay cinco tipos de simetría que solo aparecen en dimensiones 14, 52, 78, 133 y 248. Son un misterio, pero cualquier civilización con una geometría avanzada se topará con ellas».

4

«Las matemáticas también son un arte. En Italia les sigue inspirando Da Vinci; en Alemania, Gauss. En España no tenemos tanta tradición. Por eso es tan importante plantar la semilla».