
Otro virus que salta de animales a humanos
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Otro virus que salta de animales a humanos
Viernes, 25 de Octubre 2024
Tiempo de lectura: 3 min
Descubierto en monos de un laboratorio danés en 1958, el virus de la viruela símica (o mpox) fue detectado en humanos en 1970, en un bebé de 9 meses. Se cree, sin embargo, que su huésped original habría sido una ardilla africana en la que el virus floreció durante millones de años. Simios, cocodrilos, ratones y conejos pueden infectarse y transmitirlo a quien los come o toca. En la imagen: enfermos y personas sanas conviven en un mismo hospital. Las condiciones en el país son infrahumanas. «Estamos abrumados y, en gran medida, nos faltan recursos —explica Charles Masiya, director del hospital Kamanyola, que recibe apoyo de UNICEF—. Desafortunadamente, no podemos mantener a todos los pacientes para recibir tratamiento en el hospital. Los pacientes que se recuperan deben someterse a un autoaislamiento en casa, ya que se necesitan alrededor de 120 días para recuperarse por completo».
Los más vulnerables son los menores de 5 años. También, las mujeres embarazadas. Este nuevo brote de la variante mpox, ha explicado Gilles Fagninou, Director Regional de UNICEF para África Occidental y Central, es la amenaza más preocupante para los niños y las familias por estar muchos de ellos viviendo ya otros conflictos y desplazamientos en curso, brotes de cólera, polio y desnutrición. «La evidencia indica que los niños, especialmente aquellos que están desnutridos o afectados por otras enfermedades, son los más vulnerables a contraer y morir a causa de esta cepa de mpox», detalla Fagninou. En la RDC se han registrado ya más de 31.000 casos y han muerto unas mil personas. El brote más letal antes del actual había sido en Nigeria en 2022: 119 muertos.
En el cuerpo de este minero (foto), los médicos contabilizaron casi tres mil lesiones. El paciente cero de este brote parece haber sido el propietario de un prostíbulo en Kamituga. Los locales nocturnos de esta remota ciudad minera, destino de aventureros en busca de fortuna, propiciaron la transmisión por vía sexual, una novedad de la nueva variante. Muchos afectados con pústulas genitales ocultaron el mal para evitar el estigma. Otros recurrieron a curanderos o a las iglesias, lo que ayudó a extender el virus.
Aseos, analgésicos, antibióticos para las infecciones bacterianas, fármacos para la fiebre, apoyo para mantener la nutrición e hidratación, mascarillas, camas, pruebas de diagnóstico... En los hospitales de la RDC falta de todo para hacer frente a una epidemia que se suma a otras de sarampión y cólera y que, en lo que va de año, ya ha registrado un 400 por ciento de aumento respecto a los casos confirmados en todo 2023, según datos del epidemiólogo Ngashi Ngongo, jefe de la Oficina Ejecutiva de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de África. Se ha comprobado, además, que solo con crear condiciones para una buena atención sanitaria básica se mejora la tasa de supervivencia.
Casi el 90 por ciento de las embarazadas infectadas ha sufrido abortos en el primer trimestre. Para contener la epidemia se necesitarían, al menos, diez millones de dosis de vacunas contra la viruela, aunque apenas han llegado 265.000, donadas por la UE, Estados Unidos y el consorcio Gavi. Esto ha permitido, tras meses de pandemia, iniciar la vacunación. En las próximas semanas se espera la llegada de otros 3,66 millones de dosis a la RDC y a los otros 15 países afectados.
La pequeña se llama Japhet y tiene siete meses. Su madre, de 19 años, la amamanta en el hospital de Kavumu, donde el 97 por ciento de los enfermos son niños. Aunque en la RDC y los países vecinos hay contagiados de todas las edades, la mayor mortalidad se da en la infancia por la combinación letal del virus con la inmadurez del sistema inmunitario de los niños, muchos de ellos con otros problemas asociados. Fiebre, vesículas purulentas, intensos dolores... los síntomas de la viruela del mono suelen desaparecer después de un mes, pero pueden ser mortales en caso de sobreinfección.