Viernes, 18 de Julio 2025, 11:43h
Tiempo de lectura: 3 min
Han sido muchas las noticias sórdidas o despampanantes que se han publicado durante las últimas semanas, acompañando la descomposición del partido de Estado, piedra angular de esa cleptocracia en metástasis que es el Régimen del 78. Tantas que, con frecuencia, nos pasan inadvertidas, cuando no involucran millonadas rapiñadas en licitaciones públicas, o serrallos de putas sufragadas con cargo al contribuyente. Una de esas noticias apenas comentadas se refiere a una conversación mantenida entre dos de los facinerosos más conspicuos (aunque subalternos) de la cleptocracia en metástasis, Cerdán y Ábalos, cuando ya la Guardia Civil había detenido al faraute de ambos, el inefable Koldo. Cerdán, por encargo del partido de Estado, acudió a casa de Ábalos para rogarle que abandonase su escaño en el Congreso y se comprometiese a guardar silencio; a cambio, le ofreció un abogado de confianza (de cuyos emolumentos se encargaría el partido de Estado) y un «puesto de trabajo en una consultora» (o sea, una sinecura en un chiringuito dedicado al tráfico de influencias y a la rapiña del erario público) vinculada también al partido de Estado, así como la «participación en tres tertulias televisivas».
El Régimen del 78 es un bote del que todos estos medios lacayos chupan opíparamente
A nadie llamó la atención que en la oferta para asegurarse el silencio de Ábalos se incluyese una «participación en tres tertulias televisivas». Llamativamente, algún canal de televisión que reprodujo la noticia (publicada originariamente en el diario El Mundo) omitió incluso esta coletilla, sin duda porque alguna de esas «tres tertulias» prometidas por Cerdán se alojaba en su parrilla. Y, en general, quienes se hicieron eco del cambalache no concedieron mayor importancia al hecho de que el partido de Estado ofreciese a un hombre para entonces desprestigiado y al borde la imputación «participación en tertulias televisivas». No le concedieron mayor importancia porque se consideró 'normal' que el partido de Estado pueda amueblar las tertulias televisivas con los especímenes que le venga en gana; porque se consideró 'natural' que el partido de Estado pueda disponer a su antojo de los medios de cretinización de masas, para 'colocar' a los peones que divulgan las intoxicaciones que le convienen, incluso cuando esos peones se han convertido ya en apestados de los que el propio partido de Estado desea desprenderse, como quien se desprende de las cazcarrias en un felpudo.
Una revelación tan estupefaciente tendría que haber provocado en todos los medios de comunicación españoles una inmediata reacción de escándalo e indignación. La información publicada originariamente por El Mundo tendría que haber sido complementada con los nombres de las televisiones lacayas dispuestas a actuar de felpudos donde el partido de Estado puede desprenderse de sus cazcarrias (o bien tendría que haber sido desmentida por las televisiones señaladas injustamente como felpudos). Pero no hubo ninguna reacción a la noticia, no hubo ninguna aclaración ni desmentido por parte de ningún canal de televisión; prueba inequívoca de que todos ellos habrían admitido a Ábalos en sus programas, si el partido de Estado se lo hubiese exigido. Todos callaron como antaño callaban las profesionales del amor mercenario (hogaño largan que da gusto), porque todos se dieron por aludidos. El episodio demuestra a las claras que, bajo el Régimen del 78, los medios de cretinización de masas están a las órdenes del partido de Estado, son meros altavoces de las intoxicaciones que al partido de Estado convienen; y llegado el caso, pueden actuar como hospitales de campaña, dispuestos a recoger los despojos más hediondos del partido de Estado, con tal de seguir chupando del bote.
Porque, a la postre, el Régimen del 78 es un bote del que todos estos medios lacayos chupan opíparamente, mientras ejecutan la misión de cretinización de las masas que les ha sido asignada, llenando las cabezas yermas con el serrín de las intoxicaciones que convienen para el sostenimiento del propio Régimen (y, desde luego, no hay pieza más fundamental para el sostenimiento del Régimen que el partido de Estado). Para seguir chupando de ese bote, los medios lacayos están dispuestos a las indignidades más sórdidas. Sobrecoge pensar en el grado de alienación que padecerán esos millones de personas que cada día encienden la televisión y se nutren con la alfalfa que les suministran esas tertulias donde los sicarios del Régimen participan, divulgando las intoxicaciones que convienen al negociado ideológico que los ha 'colocado'. Y esos millones de personas alienadas –no lo olvidemos– votan.
-
1 Rommel, el estratega: cómo un general nazi se convirtió en icono de Hollywood
-
2 Pódcast | Tienes 90 segundos para caer bien: la ciencia de la primera impresión
-
3 Hôtel Du Cap-Eden: el lugar que esconde los secretos de los famosos
-
4 El monstruo de Harrods: Scotland Yard revela sus abusos sexuales y violaciones
-
5 «Vivo con el corazón de un muerto por sobredosis de heroína»
-
1 Rommel, el estratega: cómo un general nazi se convirtió en icono de Hollywood
-
2 Pódcast | Tienes 90 segundos para caer bien: la ciencia de la primera impresión
-
3 Hôtel Du Cap-Eden: el lugar que esconde los secretos de los famosos
-
4 El monstruo de Harrods: Scotland Yard revela sus abusos sexuales y violaciones
-
5 «Vivo con el corazón de un muerto por sobredosis de heroína»