
El presidente que se ha convertido en una marca
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El presidente que se ha convertido en una marca
Viernes, 18 de Julio 2025, 13:11h
Tiempo de lectura: 2 min
Gorras, camisetas, mantas, tazas, vasos, banderas, pines, calendarios, libros, sudaderas, chaquetas, biblias, zapatillas, sombreros, guitarras, relojes, peluches, móviles, perfumes... Estos son algunos de los productos del merchandising con el que el presidente estadounidense Donald Trump está monetizando su popularidad al amparo de su llegada a la Casa Blanca.
Desde el pasado noviembre, tras su victoria electoral, la tienda web del presidente ha multiplicado su catálogo de forma exponencial con cerca de 200 nuevos productos, según una investigación llevada a cabo por la organización Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington (CREW).
Esta ONG protransparencia señala que las ganancias de Trump con las ventas on-line de estos productos superan ya los 3 millones de dólares anuales. Pero, al sumar las ventas físicas y las licencias de otros productos, The Wall Street Journal eleva esta cantidad hasta los 7 millones.
Según los cálculos de esta organización, si cada uno de los millones de seguidores de Trump comprara una unidad de los 1725 productos disponibles el pasado 20 de enero, día de su investidura, el gasto por simpatizante ascendería a los 36.274 dólares (unos 42.000 euros).
Los precios de estos artículos, de hecho, en cuyas tonalidades prevalecen los colores de las barras y estrellas y los tonos dorados, toda una obsesión para Trump, están lejos de ser ninguna ganga. A saber: bolsos de mano a 550 dólares, chaquetas a 225, mantas a 200, sudaderas a 115, tazas a 30, juegos de dos vasos a 47, gorros de lana a 35... Por no hablar
La tienda on-line del presidente se lanzó al inicio de su primer mandato, en 2017, y está gestionada por la Organización Trump, ente independiente de su administración, pero que, denuncia Crew, «le genera millones discretamente». Al principio, sin embargo, la web no promocionaba productos relacionados con su vida política, para evitar acusaciones de mezclar intereses privados y públicos, una preocupación de la que, en consonancia con la versión 2.0 del magnate-presidente, ha prescindido ahora sin tapujo alguno.
«Trump demuestra que su práctica más consistente como funcionario del gobierno es encontrar nuevas maneras de explotar la presidencia para canalizar dinero hacia sus negocios», analiza Donald Sherman, el director ejecutivo de CREW. Él mismo recuerda que las ganancias de Trump con su tienda en línea son insignificantes en comparación con otras operaciones relacionadas con su llegada a la política. «No es normal que un presidente se beneficie de la presidencia, pero Trump lo hizo de forma descarada en su primer mandato y de forma aún más descarada esta vez», añade.
En todo caso, siempre fiel a su estilo, Trump se defiende apelando a la lógica del mercado: «Esto se llama capitalismo: la gente quiere las gorras, las camisetas, les encantan las banderas. No necesito a Hollywood ni a los medios. Mi gente lleva su apoyo puesto. Eso vale más que cualquier anuncio».