Miércoles, 16 de Abril 2025, 14:32h
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Son necesarios, los hay abnegados, incluso competentes, y todo aquel que no sea un idiota, en la acepción que a la palabra daban los griegos, padres fundadores de casi todo lo que somos, lleva uno dentro. Y, sin embargo, una y otra vez sucede que pensamos en ellos como 'los otros': como unos seres venidos de quién sabe dónde a los que, para nuestro mal, y nunca para nuestro bien, están encomendados nuestros más sensibles asuntos. Nos empobrecen, señala un lector. No responden como el resto de sus pifias, aunque sean ominosas o catastróficas, se queja otro. Aforados, ineptos, enredadores, corruptos, culpables de la espiral de crispación donde se deshacen consensos y al cabo la república, en el sentido que al vocablo le daban los romanos, nuestros otros padres. ¿Y si resulta que nos representan?
LAS CARTAS DE LOS LECTORES
¿Progreso o retroceso?
Dijo el presidente Sánchez con orgullo que la renta per cápita en 2025 era de 31.000 euros, mientras que la renta en 1975 en España era de 15.000 euros. En cincuenta años se había duplicado. Desconozco de qué puede estar orgulloso porque aplicando la inflación de estos 50 años, la renta debería ser de 235.000 euros, 15 veces más. En 1975, con un miembro de la familia trabajando se podía comprar un piso, un coche, mantener una familia numerosa, de cuatro o más hijos, e incluso ir de vacaciones. En 2025, las parejas, con los dos trabajando, muchos con estudios universitarios, tienen dificultades para comprar una vivienda, un coche, mantener a un hijo o llegar a fin de mes. Dicen los políticos que hemos progresado, no veo dónde: siempre pensé que nuestros hijos tendrían mejor calidad de vida que sus padres, pero no es así. Lo que estamos viviendo (excepto los políticos) es un retroceso en nuestras capacidades económicas.
Agustín Aznar Sánchez. Zaragoza
Iguales ante la ley
El artículo 14 de la Constitución Española establece que «los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discrimina-ción alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia perso-nal o social». Sin embargo, la igualdad no es plena. Existen en este país ciudadanos que, en el momento de verse sometidos a investigación judicial y enjuiciamiento, gozan de una serie de prebendas por su represen-tación de alguno de los tres poderes públicos. Sin embargo, a diferencia de España, en la que existen decenas de miles de aforados, nos encontramos países como Francia, donde solo el presidente y el Gobierno están aforados; o como en Portugal o Italia, donde solo el jefe de Estado goza de esa protección; o de Alemania, donde no existe la figura del aforamiento. ¿No somos ciudadanos iguales ante la ley? No acabo de entender ni asumir bien el aforamiento, sobre todo, al ser llamado 'político', donde se activa la corrupción con mucha facilidad.
Alberto Álvarez Pérez. Sevilla
Todavía en marzo, los mineros
Todavía en marzo, cuando nieva. Todavía en marzo, los mineros. Hoy solo estamos en un sitio, hoy solo estamos donde siempre; despertando con las banderas a media asta: en casa con los mineros. En casa donde suenan las historias de las autopsias a los mineros, en casa donde aprendemos que los mineros son gente íntegra y dura. Hay piezas de nuestra vida y de nuestro ser que se esbozan y se quedan, de una forma totalmente involuntaria, descri-biendo de dónde somos y recordándonos, muchos años más tarde, en lugares totalmente alejados de aquí, que solo somos de un sitio donde están todos nuestros recuerdos. Quiénes somos y qué significa ser de aquí. Hoy se han ido los de siempre. Hoy es un día de infancia. Hoy se han muerto, como siempre, los mineros.
Inés Suárez-Lledó. Gijón (Asturias)
Problemas en el tráfico
Soy una chica de dieciséis años, y me gustaría invitar a la reflexión sobre la importancia de la prudencia cuando ponemos las manos en el volante. Según la DGT, el número de accidentes en España desde 2022, ha aumentado excesivamente. Esto es un problema que hasta que no lo vivimos, no pensamos en lo grave que es. Coger un automóvil bajo los efectos del alcohol, de las drogas, del sueño o despistarse con el móvil puede acarrear consecuencias letales. Hay un gran número de situaciones que pueden derivar en un accidente en las que la culpa, muchas veces, no es tuya sino del vehículo del carril contrario. Por eso, es importante que la sociedad asuma su responsabilidad en esta cuestión, ya que no solo pones en riesgo tu vida, sino también la de los demás.
Paula H. S. Correo electrónico
Esta decadencia
Me pregunto cómo hemos caído en esta decadencia que, poco a poco, en vez de disminuir, parece aumentar su dimensión y va calando todos los ámbitos y sectores de nuestra sociedad. La Revolución Industrial no ayudó a completar al ser humano. Lo convirtió en una pieza de su inmensa maquinaria... y esto no se ha detenido. El individuo y sus particularidades ya no cuentan o cuentan muy poco. Nos han convertido en masas infantiles que pastorean con todo tipo de estrategias. Los sistemas de enseñanza han sido despojados de todas las asignaturas que hacen pensar y discernir. Hoy la verdad importa cada vez menos. La verdad, la realidad va siendo sustituida por lo que cada uno sienta o por las versiones oficiales, reforzando este proceso con leyes que solo muestran esa decadencia de las sociedades actuales. Nos arrebatan los valores tradicionales, pero, ¿qué nos dan a cambio? Hoy muchas parejas prefieren tener un perro a un niño como nuevo modelo de familia...y esta es una muestra clara de fin de civilización. Personalmente, he querido ser amo de casa toda mi vida. Cuidar a mi familia... pero hoy la familia es un objetivo a batir, hay que sacar a los padres de casa para que enseguida los niños pasen al sistema educativo, para alienarlos lo antes posible, o que los cuiden otras personas distintas de los padres y así no crearles la impronta de familia que en un futuro ellos no valorarán o desconocerán. Nos dan tecnología esclava que nos está aislando del entorno y de los demás, aparte de encerrar nuestra mente en una cárcel sin barrotes y estamos cayendo en la trampa como pardillos. Cuando el flujo de la vida es lo que pasa constantemente a nuestro alrededor y apenas lo percibimos. Hemos normalizado la corrupción, la mentira, la injusticia y verdadera legislación salvaje contra la propia vida. Se promueve el consumismo, la competencia, el egoísmo, la división, el enfrentamiento y masificar los centros comerciales, como moderna versión de la caverna de Platón, ¿hará esto mejores seres humanos? ¿Es reversible este proceso de decadencia? No lo sé... porque todo pasa por levantar el nivel de conciencia de cada uno de nosotros como individuo y juntos como sociedad, esta es la verdadera y única revolución pendiente: elevar en nuestro interior nuestra propia conciencia. Espero que podamos lograrlo porque, entonces, todas las agendas contra el ser humano, al final fracasarán.
Luis Maroto Rivero. Correo electrónico
LA CARTA DE LA SEMANA
Días sin wifi
Ayer se me cayó el móvil al suelo y, en vez de lamentarme, me compré un cuaderno. Sentada en un banco al sol, sin wifi, anoté a quienes me darían por muerta si no hacía un reel de mi felicidad obligada, de mi día de mierda con filtros. Hice un listado de los familiares a los que ignoro porque no tienen redes y dolorosamente advertí que, de haber habido wifi, mi padre no hubiera tirado piedras a la ventana de mi madre ni ella hubiera esperado con alegría los autobuses que le traían de vuelta los viernes. Perdón por olvidar eso. Perdón, sobrino, porque vivo lejos y me engaño pensando que si te mando vídeos de fútbol calmo tus ansias de jugar conmigo. Perdón, mamá, por fingir que trabajo mucho y por eso no siempre respondo. Perdón, papá, si alguna vez he molestado tu lectura para explicarte el WhatsApp. Perdón, cariño, si algún día apago el móvil y te preocupas porque quiero volver a casa sin mapa. Si leéis esto, imaginadme sentada en un banco anotando en un cuaderno lo geniales que son los días sin wifi.
Elena Mahave Ayala. Logroño (La Rioja)
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