Yo quería ser como Paco
Murcia, 30 de noviembre de 2021
Obituario Francisco Sánchez García
Recién iniciado el verano de 2002, un joven estudiante de Periodismo iniciaba sus prácticas en 'La Opinión de Murcia'. Para él, aquello era como estar en Disneylandia: mesas atiborradas de papeles, teléfonos sonando a la vez como una jauría de grillos, un redactor que se marchaba a toda prisa para cubrir un suceso que acababa de ocurrir... Un sueño hecho realidad para un chaval que, desde niño, ansiaba ser periodista. Al fondo de la Redacción se sentaba un hombre delgado de tez morena, con pinta de intelectual, que se llamaba Paco Sánchez y era el cronista político del periódico. Es decir, lo que aquel becario, que no es otro que el que suscribe, aspiraba a convertirse algún día.
Así que, desde el primer momento, me fijé especialmente en cómo trabajaba el tal Paco e hice lo posible por acercarme a él, hasta el punto de que me autoinvitaba cuando lo veía bajar a la cafetería. Recuerdo una tarde en la que dialogaba con Ángel Montiel, con quien formaba tándem, sobre las repercusiones en la Región de los cambios de ministros realizados por el entonces presidente, José María Aznar. Ahí fue cuando supe lo que significaba 'murcianizar': buscar la vertiente regional de los acontecimientos nacionales.
Tanto empeño puse en conocer al periodista que al final terminé descubriendo a la persona. Un ser excepcional; culto, noble, reflexivo, paciente, trotamundos y con un sentido del humor inteligente. A los becarios nos deleitaba con sus historietas, pues nadie contaba las anécdotas como él. Si en el aspecto profesional quería imitarlo, más aún en lo humano. Yo, de mayor, quería ser como Paco Sánchez. Lo tenía muy claro.
Años después, con él ya fuera de la plantilla y tras ser curtido por su esposa –la también periodista Victoria Galindo, una auténtica maestra de redactores–, acabé ocupando su sección en el mismo diario. Y en ese cometido sigo, solo que en otra cabecera. Lo que no ha cambiado para mí es que todavía me guío por muchas cosas que aprendí de Paco en esos ya lejanos meses de prácticas. Siempre admiré de él que, aunque tenía muy clara su ideología política, se esforzaba por analizar la realidad con la máxima objetividad periodística. Procuro hacer lo mismo, aunque seguro que no tan bien. Otro consejo que me dio fue que tratara por todos los medios de que esta profesión no consumiera mi vida. También se intenta.
Al dejar de trabajar juntos, el contacto entre nosotros fue a menos. Mi último buen recuerdo con él fue en mi boda. Disfruté viendo cómo se lo pasaba en grande. Sensible como era, me felicitó por la elección de la segunda lectura, de la primera carta de San Pablo a los corintios: «El amor disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites».
Francisco Sánchez García falleció inesperadamente el sábado a la edad de 53 años, dejando un enorme vacío entre todos los que le conocimos, respetamos y quisimos. Buen viaje, compañero.