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Victoria Gómez Gómez

ABARÁN, 4 de noviembre de 2011

Una vida dedicada a los demás

JESÚS YELO

Auténtico mazazo a una buena familia abaranera. Esa cruel enfermedad que es el cáncer se ha llevado por delante en tan solo diez meses a Victoria Gómez Gómez. Y precisamente el Día de Todos los Santos. Eso sí, con entereza, valentía y con la mayor de las sonrisas.

Con 66 años, su muerte ha roto el alma de su esposo, José María y de sus cuatro hijos Victoria, María José, Raúl e Inés. Pero también la de centenares de personas que abarrotaron la iglesia de San Pablo y alrededores para darle el último adiós el pasado miércoles.

La vida de esta gran mujer, fiel esposa y ejemplar madre ha estado dedicada a los demás. Además de criar y educar a sus hijos, ha hecho gala de una especial atención hacia las personas mayores como sus suegros, tías y por supuesto, sus padres, a los que cuidó con exquisita bondad. Virtud, una de ellas, que ha caracterizado a quién desde su fundación presidió la asociación de bolilleras de Abarán.

Hay quien afirma que cuando uno se muere todo el mundo suele hablar bien de él y que minimizamos sus defectos y ensalzamos sus cualidades. Conozco a Victoria desde que éramos vecinos de la calle del Teatro Guerrero, pared con pared, hasta que se casó con Pepe 'El Carpintero', intachable hincha azulgrana, y puedo afirmar sin temor a equivocarme que esa afirmación se da sin ninguna duda en ella.

Serán muchas las personas que echaremos de menos a la hermana de Daniel, Joaquín y Maruja, pero, además de su familia, especialmente esos matrimonios que desde hace muchos años eran uña y carne. Me estoy refiriendo a Marta y Pepe, Jesús y Magnolia, Antonio y Encarna, Amparo y Joaquín, Carrasco y Antoñita, Mari y Paco, Bernardo y Pilar y Arsenio y Maruja, inseparables en los momentos de felicidad y tristeza. «Nunca se quejaba de nada, dispuesta para los demás y ha llevado su enfermedad con resignación y ánimos para vivir», dijeron. Victoria, confío que desde el cielo me informes del próximo encuentro de bolilleras en La Ermita. Yo te enviaré la reseña, no lo dudes. Un abrazo.