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Una vida dedicada a los demás

Murcia, 23 de febrero de 2021

ObituarioBlas L. González Pina

Ayer falleció por coronavirus el doctor Blas Luis González Pina, médico internista del Hospital Comarcal del Noroeste. Tenía 65 años y desde hace varias semanas estaba hospitalizado en la UCI del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, donde ha estado luchando contra la enfermedad. Su muerte ha sido la segunda que se ha producido entre los facultativos del Área IV de Salud, tras el fallecimiento hace unos días del ginecólogo Ramón Serna. Llegó a Caravaca de la Cruz hace más de 30 años y desde el principio se ganó la admiración de sus compañeros de profesión y el cariño de sus pacientes.


Pina se integró en la sociedad de la ciudad que lo acogió, como un caravaqueño más. Ha ocupado cargos de responsabilidad en la organización médica del Hospital Comarcal y del Área IV de Salud que tiene este centro hospitalario como referencia.


A finales del año 2018 se hizo cargo de la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer en Caravaca. En poco más de dos años logró –con la ayuda inestimable de un equipo de colaboradores y voluntarios, capitaneados por su compañera Mª Encarna Tudela–organizar numerosas actividades para dar a conocer los servicios que ofrece la AECC y, desde hace pocos meses, abrir un nuevo espacio para acompañamiento a pacientes y familiares que sufren por esta enfermedad.


Desde hace varios años también entró a formar parte de otros colectivos sociales. Se integró en la kábila Alhakem, de la que fue presidente. Desde los últimos dos años, era secretario del Bando Moro. Una de sus pasiones era la fotografía. Su afición le llevó a buscar y dedicar horas para investigar sobre la calidad de las imágenes.


Quien escribe estas líneas puede dar testimonio de su calidad como persona y como médico. Hace cuatro años me puse en sus manos y aún recuerdo su amabilidad, su dedicación y su gran humanidad durante la primera consulta. En todo este tiempo no ha dudado en atender a mis preguntas, procurando siempre una respuesta clara, concreta y amable.


En los últimos dos años hemos dedicado varios programas de 'El Tragaluz' en la televisión local a hablar de los distintos tipos de cáncer, haciendo mucho hincapié en la necesidad de atender a los pacientes y a sus familiares, no solo desde el punto de vista médico sino también social, emocional; y, si era necesario, el económico. Siempre estuvo disponible, también al inicio de la pandemia; no dudando en poner en marcha toda su imaginación y sus contactos para lograr mascarillas y otro material de protección para el hospital comarcal.


La noticia de su muerte ha pillado a todos por sorpresa. «Se me ha roto el corazón», comentaba una paciente agradecida. Es verdad. Durante las semanas en las que ha estado ingresado, las preguntas sobre su evolución entre los amigos y compañeros eran muy frecuentes. Un rayo de esperanza se atisbaba siempre en las respuestas. Todos querían, queríamos, que Blas lograse superar esta guerra. No ha sido posible. Blas, querido amigo, descansa en paz.