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Un gran directivo y mejor compañero

Murcia, 14 de septiembre de 2019

Obituario José Albaladejo Guillén

La mañana de los idus de marzo en un cuarto del palacio de Julio César, ante las reticencias de este a las súplicas de su esposa para que no fuese al Senado un día con tan malos augurios, Calfurnia le responde: «No es al morir los mendigos cuando se ve aparecer los cometas, pero los cielos mismos se inflaman para anunciar la muerte de los príncipes».


Pues bien, este 11 de septiembre en Murcia los cielos se han inflamado y el agua ha hecho acto de presencia como nunca en su historia para despedir a quien le dedicó su vida. Un reconocimiento más que merecido a la devoción con que Pepe Albaladejo la trató, y de la cual nos hemos beneficiado todos los murcianos.


En el Círculo de Economía de la Región de Murcia consideramos un honor haber compartido esfuerzos con un compañero para el que el fomento del emprendimiento, la responsabilidad social corporativa y la protección del medio ambiente formaban parte de sus convicciones más profundas. Su generosidad, de la cual nos consta que no hemos sido los únicos beneficiarios, ha contribuido a consolidar nuestra organización y a mejorar nuestra cultura asociativa.


Profesionalmente empezó en el mundo de la depuración, construyendo y explotando plantas, pero pronto dejó los quehaceres técnicos para enfocar sus muchas capacidades en la gestión organizativa. Fue el impulsor y primer gerente de Aguas de Lorca, a la que situó en el panorama nacional. Después fue requerido, sucesivamente, para desempeñar la gerencia de Hidrogea en Cartagena y, finalmente, la dirección de Aguas de Murcia, donde demostró su buen hacer durante los últimos once años, posicionando a Emuasa entre las tres mejores empresas de abastecimiento de aguas de España.


Sin embargo y a pesar de esta brillante trayectoria, los profesionales que trabajaban con él, sus compañeros, que es como se refería a ellos, compartiendo esta admiración por su cualificación técnica, cuando hablamos con ellos se han emocionado aún más por su calidad humana. «¡Se hacía de querer!» es la frase que más hemos escuchado de sus labios, casi mudos por el dolor.


Muchos de nosotros no hemos conocido personalmente a su familia, pero nadie recuerda ni un solo encuentro en el que no haya hecho referencia a ella y, a pesar de la socarronería que le caracterizaba, todos somos conscientes del amor a su mujer, Ana, a sus hijos o a 'Oto', el perro del que hablaba con tanto cariño, que al principio muchos creímos que era un miembro más de la familia.


Solo quienes le conocimos sabemos que siempre destacó, a pesar de su voluntad de pasar desapercibido. Resulta paradójico, pero a Pepe nunca le gustó estar en primer plano, más bien al contrario. Su discreción hizo que no destacara tanto como se merecía por sus grandes cualidades: socarrón, cercano, amable, comprometido, profesional... Si no era imprescindible ha sido porque, ante la muerte, esa cualidad no existe. Sí, Pepe Albaladejo era necesario por su empatía, su capacidad de llegar a acuerdos y concitar voluntades, su prestigio profesional, su preocupación por los trabajadores, su permanente sentido del humor. Es ahora que se ha ido cuando te das cuenta de hasta qué punto dejó su huella en nosotros.


Desde el Círculo de Economía nos unimos al dolor de su familia y amigos. Descanse en paz.