Un escritor maldito
Murcia, 4 de marzo de 2020
Obituario Antonio F. Marín
El columnista y escritor ciezano Antonio F. Marín falleció el pasado lunes, 2 de marzo, a los 62 años, víctima de una severa neumonía que acabó con su deteriorado estado de salud durante los últimos dos años. Antonio 'Efe', como era conocido en el mundillo editorial desde hace tiempo, fue un personaje central en las letras de la comarca de la Vega Alta del último decenio del siglo XX y la primera década del XXI.
Corresponsal y redactor de varios diarios regionales, entre ellos LA VERDAD, explotó su incisivo y desgarrador verbo en los semanarios locales ciezanos, llegando a ser editor del suplemento de la prensa local 'A la chita callando'. Y así ha sido como se ha marchado, sin hacer ningún ruido, él que con tanto tino, aplomo y descaro pisaba la moqueta espartera de este pueblo.
Pueblo ciezano al que rebautizó como Argaz en su magnífica obra 'Azul y Sombra', un ensayo a ratos íntimo y otros costumbrista de una pequeña ciudad provinciana, de cuya primera edición se cumplen precisamente hoy, día 4, dieciocho años. Posteriormente, vería la luz 'Entretiempo', su obra literaria más madura y confesa, editada por Vermont.
Antonio fue, y él lo supo, un estudiante maldito, un escritor maldito y un personaje atormentado trasplantado de la novela negra americana de los años 50. Marino de guerra, antiguo bebedor insaciable, asiduo de los mejores hoteles y las peores tabernas, se reinventó a sí mismo a través de las mejores columnas que dio esta comarca: 'El diablo cojuelo' y 'el Punto Efe', en las que vertía, con harta elegancia carnal, su apego y desapego por los pequeños problemas burgueses.
Dotado de un finísimo humor, incluso cuando destilaba palabras malsonantes, a las que tan aficionado fue cuando le daba la gana, sabía desdoblarse en un remirado señorito andaluz a las cinco de la tarde y luego, sin solución de continuidad, disfrazarse de malencarado estibador gaditano.
Esa fue su genialidad. Y por eso fue, esto es innegable, además de la mejor 'pluma' ciezana de su tiempo, un librepensador contumaz, inteligente e interesante, capaz de enamorarse de cien mujeres en cien días consecutivos, aunque siempre fiel a las tres mujeres de su vida: su hermana María, su madre Piedad y su 'tata' Catalina.