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Un apasionado de la Semana Santa

Abarán, 26 de octubre de 2019

Obituario José Mateo García Tornero

En el momento más inesperado de su vida, y tras haber superado con éxito una leucemia después de intensos años de lucha, un accidente laboral truncó las ilusiones de José Mateo García Tornero (Blanca, 1971), aunque toda su vida la desarrolló en Abarán.


El dolor es fuerte, pues solo tenía 48 años y todo un mundo por delante para disfrutar con su mujer, María Cruz Bastida, con la que ha convivido durante 31 años, y sus joyas de hijos, a los que adoraba y por los que se desvivía como cualquier padre responsable.


Porque una de sus pasiones era su familia. «Era mis pies y mis manos», rememora muy emocionada su mujer, quien añade que «Mateo, como era conocido, sentía locura por sus hijos y se llevaba bien con todo el mundo». Fue durante varios años colaborador de Radio Abarán, así como de Radio Archena, junto a su amigo Jesús Cobarro Jaén, quien le acompañó en su andadura como editor del periódico local 'Crónica 7' desde el año 2005 hasta su cierre. Y otra de sus pasiones fue la Semana Santa, en la que ejerció mayor protagonismo como secretario de la Real e Ilustre Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Tercio de Romanos, convirtiéndose así en maestro de ceremonias en los premios Capataz de Honor del Cristo Resucitado, que la hermandad entrega cada año de forma previa a la celebración de la procesión del Domingo Resurrección. Paloma Gómez Borrero, Jaime García-Legaz, la Academia General del Aire, Juan Antonio Lorca y Tomás Fuertes son algunas de las personalidades que han recibido esta distinción.


Se da la fatal coincidencia que su muerte ocurriera en el pueblo sevillano de Tomares, el mismo que hace unas semanas fuera visitado por la Agrupación Musical Santa Cecilia de Abarán, que acudió en representación de la Región de Murcia en el festival de bandas de música del citado municipio. Su alcalde, José Luis Sanz, envió las condolencias a la esposa de Mateo y su más sincero pésame a la familia.


Centenares de personas abarrotaron la iglesia de San Juan Bautista, que se quedó pequeña durante el funeral. Allí, sus seres más queridos dieron el último adiós a Mateo hace unos días. Sus restos mortales ya descansan en el cementerio municipal de Abarán.