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Siempre en nuestro recuerdo

Murcia, 19 de mayo de 2021

ObituarioPedro Lozano Ramírez

Con muchos años vividos, pero con la sorpresa de lo inesperado, nos ha dejado, para irse a mejores pagos, nuestro querido familiar Pedro Lozano. Fue sacerdote y párroco fundador de la iglesia de San Pablo de Murcia, vicario episcopal de Apostolado Seglar, vicario episcopal de la Zona Urbana de Murcia y canónigo de la Catedral de Murcia.


Sacerdote con prestancia física, intelectual y emotiva, caracterizado por una intensa actividad vital, ornada constantemente de alegría, amabilidad, tolerancia y entrega incondicionada, ha ido sembrando por la vida, con toda la nobleza de su mirada clara, consejos, afectos, apoyos y todo tipo de bondades.


Canónigo, vicario y párroco solícito, ha tenido tras de sí, en otra dimensión más íntima y familiar, el significado profundo de su propio nombre: Pedro, piedra angular, soporte bien cimentado, que habiendo reforzado su propia vocación y marcado su impronta en distintas asociaciones seglares y religiosas ha sabido estar, en todo momento, al servicio de familiares y amigos, con la firmeza afable, la sencillez y la humildad de un auténtico padre, sin condicionamientos de ningún tipo y con una entrega absoluta.


Eje espiritual de una familia que lo quiere sin reparos y que le agradece tantas y tantas deferencias tenidas a lo largo de los años, Pedro ha engrasado con delicadeza los afectos de varias generaciones. Desde los mayores hasta los más jóvenes, la huella de Pedro ha sido un cálido abrazo con frutos reconocidos e indiscutibles. Por ello, en estos momentos de emociones encontradas, todos sus familiares e hijos de adopción oramos por él y le agradecemos como mejor sabemos su fecundo y luminoso servicio.


No podemos olvidar en estas circunstancias a Paquita, su querida hermana, su apoyo, su fiel compañera y consejera. Aquí y ahora, reconocemos en Paquita la atención cotidiana, el aviso oportuno, la energía renovadora que alimentaba el día a día de su hermano Pedro. Fiel, atenta, sagaz y decidida, Paquita ha sabido estar siempre donde le correspondía, con una eficiencia encomiable. Vaya por tanto también para ella nuestro reconocimiento más cariñoso y todo el consuelo que necesite y podamos darle.


Con la estela de la virtud y la integridad, Pedro ha pasado entre nosotros, regalándonos la calidad del buen orador, la agudeza del oportuno recitador, la precisión y atención del perfecto servidor público y religioso, pero, sobre todo, con el cariño sin límites de quien supo ser padre para todos. En estos momentos, Pedro, nos reconforta que hayas estado con nosotros, que ahora tengas la paz que te mereces y que allá donde te encuentres puedas seguir siendo nuestro principal valedor. Siempre en nuestro recuerdo.