Se ha ido un luchador
Murcia, 10 de marzo de 2016
Obituario Francisco Ramos Devesa
Se ha ido un hombre generoso, que derrochaba amor y cariño por donde pasaba, estuviera con quien estuviera. Porque era una persona que siempre mostraba una sonrisa a pesar de las adversidades a las que se enfrentaba cada mañana. Y sonreía. Lo hizo siempre, hasta el final. Esa fue la mayor lección que nos dio todos los días a quienes estábamos cerca de él.
Se ha ido una buena persona que amó sobre todas las cosas a su esposa, Cati. Ella lo cuidó hasta el final, pues estaban hechos el uno para el otro. Ella fue su vida y su compañera de viaje. Así lo sentía y así se lo hacía saber al mundo cada vez que tenía la más mínima ocasión. Prueba de ello es que la última guitarra que se compró la bautizó con el nombre de 'Cata 335'.
Se ha ido el hombre que, desde el principio, luchó para que todos los enfermos renales tuvieran una misma voz y estuvieran unidos, apoyándose en una misma organización en la Región de Murcia. Hoy la Asociación de Ayuda al Enfermo Renal (Adaer) se queda huérfana. Quizás haya llegado el momento de trabajar más duro que nunca, porque así lo hubiera querido su presidente. Ya lo decía: «Cualquier ayuda siempre es necesaria y desde la asociación se agradece mucho».
Se ha ido un luchador. Alguien que, a pesar de tener las heridas de la vida grabadas en su cuerpo, soñaba cada día con nuevos proyectos e ilusiones, pues no paraba de pensar. De hecho, hasta el último momento tuvo en mente nuevas iniciativas para hacer más grande Adaer, como el proyecto Lokos Solidarios, que nació hace tres años con la intención de concienciar a la población, a través del deporte, de la necesidad de donar órganos y tejidos para salvar vidas. Este proyecto lo llevó a cabo por su sobrino Raúl, a quien también adoraba. Seguro que hoy estarán los dos surfeando sobre una ola en el cielo, felices por volver a estar juntos.
Se ha ido un enamorado de la vida. Un tipo que siempre veía el lado positivo de las cosas y, aunque tuviera ganas de patalear cuando se veía envuelto en las sombras de la vida, prefería siempre tirar para adelante y no preocupar a los que estaban a su alrededor.
Se ha ido alguien que dejaba huella por donde pisaba. No quiso hacer nunca mal a nadie, porque Fran era pura bondad, aunque a veces se quejara, con simpatía, de no conseguir ayudas para subvencionar los proyectos de Adaer. También gritaba, en silencio, cuando tenía los achaques propios de quien sufre una enfermedad renal.
Se ha ido un gran músico, compositor, amante de cualquier estilo y fiel compañero de escenario y grupo. Se ha ido quien hacía los mejores coros en la canción 'Frío', de Alarma. Y ese tipo que soñó hasta el último instante de su vida con subirse de nuevo a un escenario para sentirse vivo.
Se ha marchado la persona que me regaló la sonrisa más especial del mundo una tarde en la que él estaba en diálisis y yo me pasé a verle porque le quería regalar un pequeño detalle.
Hoy todas las guitarras están de luto y no existen melodías que puedan alegrar el corazón. Porque falta él y no habrá nadie que lo pueda sustituir. Se ha ido para siempre un hermano y un amigo. Fran ha muerto.