Ramón García Pérez
Cartagena, 5 de enero de 2010
JOSÉ JUAN ANIORTE
Lo previsible no exime la improcedencia de lo previsto. Con esta reflexión vengo a introducir el obituario del último bohemio de esta Cartagena de nuestras inquietudes. Me refiero Ramón García Pérez. Sí, a Ramón, 'el fotógrafo', persona de muchos conocida por su continuo deambular urbano, apreciada por todos los que le conocieron y del que la gran mayoría sabe por la singularidad de su maquina de fotografiar: 'Suspiros de España', curioso artilugio de captar imágenes que el mismo configuró con sus diestras manos de frustrado orfebre y que le acompañó durante décadas. De tal manera se identificaron entrambos que bien podría decirse aquello de «Érase un hombre a una maquina pegado».
Ramón, que tanto hizo por mantener vigente la memoria de la magistral composición 'Suspiros de España' y de su autor, el cartagenero por adopción Antonio Álvarez Alonso, bien que se merece que distraigamos unos momentos para tratar su atípica trayectoria vital. Por la cándida terquedad del singular fotógrafo, se homenajeó en el 2002 al maestro Alonso en el centenario del estreno de la inspirada composición.
Ramón García Pérez, nacido en Cartagena el 3 de febrero de 1916, fue el séptimo de los hijos de Pedro García Molero, uno de los pioneros del cinematógrafo en la Región, y de Antonia Pérez León.
Fue alumno de los Maristas en la Plaza de San Agustín, cuyas aulas se vio obligado a abandonar por el estallido de nuestra Guerra Incivil (1936-1939). Fue militar en el ramo de las comunicaciones, al servicio de la República, pero por avatares acabó la contienda en el bando de los vencedores.
Se vio obligado a reincorporarse a filas para realizar el Servicio Militar, ya que el tiempo con la República no le fue computado como Servicio a la Patria. En 1943 marchó a Tenerife a trabajar como orfebre, pero aprovechándose de su escasa malicia unos conocidos le estafaron sus escasos recursos. Se vio obligado a regresar a Cartagena y ejercer de fotógrafo ambulante. Se había perdido un prometedor joyero y había nacido el mago de la fotografía local.
De vuelta a su tierra natal comenzó a colaborar en los medios de comunicación escritos como avezado fotógrafo, en un principio como agente de Europa Press y más tarde en 'La Verdad', 'Línea', 'Hoja del Lunes' y 'El Noticiero'.
Se jubiló en 1975. Su gran amor a la imagen le empujó a seguir con el tole-tole de la fotografía, y ejerció de colaborador altruista en la revista local 'Cartagena 7 Días'. Escasos fueron los sucesos y personajes que fueron protagonistas en Cartagena y no captó su lente.
El reconocimiento popular le llegó, acaso, demasiado tarde con su nombramiento en 2002 como Universitario de Honor por la Escuela Universitaria de Turismo, Popular de La Unión 2004, Cartagenero 2007 y Carburo de Oro de la Unión 2008.
Ramón ejerció de fotógrafo hasta el reciente 2 de Septiembre. Por sus años y la consiguiente demencia senil fue recogido en la Plaza de España por la Policía Nacional, en un lastimoso estado de semi-inconsciencia y totalmente desorientado. La popularidad de Ramón permitió localizar a su sobrino Juan Manuel, que se hizo cargo de su situación y le ingresó en el Santo y Real Hospital de Caridad. Allí recibió todo tipo de atenciones y cuidados.
Recordemos la vida de Ramón, no su desaparición, ya que vivió como quiso. Amigo Ramón, por los momentos compartidos, ¡gracias! Y que la eternidad te sea leve.