Paco Pravia
Otras localidades, 8 de mayo de 2024
Abogado de alma franciscana y laico
JOSÉ LUIS MAZÓN
Dicen los antiguos egipcios que cuando te mueres vas directo al pesado de tu alma en la balanza de la diosa Maat, que contrasta el peso del alma con el peso de una pluma, de modo que te salvas si tu alma está ligera como una pluma, es decir, que no tienes pecados contra su propia esencia. Paco Pravia es uno de esos 'rara avis' que, habiendo sido abogado, puede salir 'absuelto' del juicio del pesado del alma de la diosa Maat. Se dio de alta como abogado en 1954 y se jubiló en 2019. Yo conocí a Pravia en un juzgado de Molina al final de los ochenta. Cuando yo empezaba, ya era él un abogado veterano; destacaba como una persona afable, digna de confianza que no se salía de la ética más estricta en un mundo, el de los abogados, lleno de almas condenadas al infierno, aunque no tanto como los jueces, que esos sí que son difícil de hallar en el reino de los cielos siguiendo la doctrina mística de los pueblos más antiguos que el cristianismo retomó como si fuera cosa suya.
«Que por nadie pase» era su expresión proverbial cual seña de identidad, como me ha comentado quien me dio la noticia de su muerte, ocurrida el pasado 23 de abril, su amigo (y mío también) Maximiliano Castillo, que en su Facebook le dedica unas cariñosas palabras. A Paco Pravia me lo topé hace unos meses en la calle Trapería. Le vi ágil y despierto de mente. Me dijo que ya tenía 95 años y le pregunté cuál era el secreto de su longevidad. Me contestó: «Pedir prórrogas». Nos despedimos con un abrazo. Ha muerto en 'olor de santidad'. Laica, eso sí, nada de curas, no ha habido funeral religioso, ni boato ni esquelas, solo unas palabras de su hijo consagradas a su padre en el tanatorio. Es difícil mantener esa coherencia existencial porque hace falta mucha fuerza interna y Paco Pravia la tenía.
Hubiera sido un gran decano de los abogados, pero este cargo parece destinado por una suerte de maldición bíblica a los 'escaladores' y devotos del Templo de la Conveniencia, pero sin duda este deterioro colectivo ha de tener su 'fin y acabamiento' y personas de la talla de Pravia serán los futuros líderes o sencillamente, no habrá líderes, ni si siquiera humanidad. «Que por nadie pase» ese camino oscuro.
A Paco Pravia, abogado y humano ejemplar, 'in memoriam'.