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Nunca rendirse

Murcia, 8 de abril de 2021

ObituarioSteve Hasler (1959-2021)

Me sobrecogió, como pocas cosas en mi vida, la llamada del lunes de Steve. Quería despedirse de los amigos y me mandaba un mensaje henchido de esperanzas: «He tenido una vida plena, Miguel», me decía sin vacilar al otro lado del teléfono. A fe cierta que la tuvo. Porque era una persona que destilaba optimismo y humor como pocos, hasta el último día. En sus perfiles había colgado una fotografía, sobreponiéndose a los embates físicos de la enfermedad, con un estruendoso 'Never give up' (Nunca rendirse). Nos ha dejado sin tirar jamás la toalla ni perderle un ápice de pasión a la vida.


Steve nació en la muy universitaria ciudad de Cambridge, que le marcaría el resto de su vida: por su cercanía a la ciencia y su faceta de divulgador y examinador de los famosos exámenes de la universidad de su ciudad. Era un extraordinario docente. Divertido, perspicaz, culto como pocos. Además de viajero empedernido, melómano y curioso patológico. Pero, más allá de su papel de embajador de la lengua de Shakespeare en nuestra tierra, Steve era más español y murciano que el más castizo de los bautizados en esta tierra. Su pasión por España la empezó forjando en sus estudios en la Universidad de Sheffield. Muy pronto recaló en Cartagena y luego en Murcia.


Era una persona de pensamiento universal, que nunca pudo entender la torpeza de sus paisanos en el 'Brexit'. Como todos los buenos extranjeros, fundidos a nuestro terruño y amando este país como pocos, era capaz de ver y valorar cosas de aquí que la mayoría desdeñamos.


La Universidad de Murcia le debe buena parte de su proyección internacional, por los cientos de artículos que tradujo al inglés, además de sus clases en el Servicio de Idiomas. Yo tuve la suerte de que me tradujera un largo libro. Fue una experiencia muy enriquecedora. Ya entonces era un amigo cercano, que se dejaba caer por mi despacho para departir siempre de cosas interesantes y con un agudo punto de vista.


Era fácil verlo por los pasillos y la cantina de la facultad de Economía y Empresa, departiendo con todos. Era una persona que jamás pasaba desapercibida. Nunca le pregunté en qué momento su vida se entrelazó con la de su querida Lourdes, pero sí sé que ella le amplificó aún más su eterna sonrisa estos últimos años.


Su Liverpool perdió el martes contra el Madrid. Al menos se ha ahorrado ese disgusto. Aunque seguro que él le habría dado una vuelta con algún pensamiento positivo, perspicaz y limpio. Te echaremos mucho de menos, Steve.