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María Teresa Pérez Picazo

MURCIA, 29 de septiembre de 2011

El magisterio de una gran intelectual

JAVIER BALLESTA

Una vez más, la noticia la trae un correo electrónico inesperado que rompe la mañana y, por momentos, te hace parar en seco, dejando los papeles que llevas entre las manos para un después y, como si entraras en el túnel del tiempo, sin querer tiras de la recámara de las vivencias y recuerdas la grandeza de esa persona que se va sin hacer ruido. El escueto comunicado, pero con las palabras afectivas de Joaquín Lomba Maurandi, secretario general de la Universidad de Murcia, lamentaba comunicarnos el fallecimiento de María Teresa Pérez Picazo, durante años catedrática de Historia e Instituciones Económicas y actualmente profesora emérita honoraria de la Universidad de Murcia, en el Departamento de Economía Aplicada (Facultad de Economía y Empresa). Con sus líneas quería expresar el hondo pesar de esta institución por tan significativa pérdida, y nos invitaba acompañarla en estos momentos a quienes compartieron y disfrutaron con ella quehaceres docentes e investigadores, a sus discípulos, a quienes tuvieron la suerte de su amistad... Y fuimos muchos los privilegiados de su magisterio, porque tuvimos la gran suerte de encontrarnos con ella en esos años de formación inicial universitaria, donde es tan importante que te cuenten bien las cosas y te abran los ojos.

María Teresa Pérez Picazo nos enseñó a valorar el trabajo bien hecho y a poner entusiasmo en la tarea realizada. Además de ser una gran intelectual, supo encajar el oficio profesional con su familia, la actividad social y, en muchas ocasiones, combinar el sobreesfuerzo, el desafío profesional y el empeño en la actuación por los ideales políticos y sociales, que le llevó a lidiar momentos nada fáciles. En aquellos años del 'Cuéntame', en la década de los setenta, en la Escuela Universitaria de Magisterio, esta profesora era ya una autoridad en la enseñanza de la Historia. En sus clases no se dictaban apuntes, no leía nada, simplemente hablaba y hablaba sin parar&hellip. sus argumentos fundamentados y su altura científica en la explicación nos hacían comprender los problemas sociales con ahínco. Por eso, tener a 'la Picazo' de profesora era todo un lujo. Su brillante currículum investigador le sirvió para llegar a esa promoción currada para obtener una Cátedra de Universidad, por oposición, en la Facultad de Económicas, donde siguió investigando y enseñando con gran dedicación. Por todo ello, en 2008 recibió la medalla de oro al Trabajo, entregada por el ministro Caldera en Murcia, en reconocimiento a una gran labor universitaria, docente e investigadora de prestigio internacional. Ahora, cuando la luz del otoño murciano acaricia los días y los campus universitarios vuelven a reiniciar sus faenas, será duro, entre pasillos y clases, sentir su ausencia. Muchos seguiremos teniendo esa imagen de la mujer luchadora y valiente que siempre fue y que ahora recordamos en estos momentos inciertos que nos toca vivir.

Descanse en paz.


Funeral: En el tanatorio de Jesús (Espinardo), hoy, a las 11.30 horas, se oficia una misa funeral