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Juan Ignacio Salmerón Martínez

Cartagena, 6 de enero de 2023

Despedida en un 'sinsentido'

ISIDORO MIÑANO

Querido Juan Ignacio, como sabes, para todos los que hemos disfrutado de tu esencia va a ser difícil el día a día sabiendo que no estás aquí. Quien te conoció no quedó impasible. Has sido gran referente para muchas personas en tu vida diaria, aportándonos tu sentido común.

Me gustaría contar que siempre has sido un señor. Por cierto, muy elegante y educado a la par que discreto con tu especial sentido del humor. El menor de los ocho 'Salmerones' –hijos de Isidra–, orgulloso vecino de la cartagenera calle del Aire y fiel defensor de tu Región murciana.

Fuiste marinero enamorado de Santiago de la Ribera, de nuestro Mar Menor y del Mayor; intrépido caminante del Camino de Santiago que con tanta fe y diferentes amigos hiciste saliendo desde Santa Lucía, por donde, contabas, entró Santiago a España.

Fuiste penitente y cofrade amante de las procesiones en silencio, desfilando ordenadas en la Semana Santa que también pregonaste. Riguroso guardián de las tradiciones y buen educador de los tuyos en el respeto a los mayores.

Fuiste amante de la buena lectura, poeta y escritor de libros sobre odas a lo que apreciabas, como 'la rosa de los vientos' marcando el buen rumbo. Parafraseando a Serrat: 'son aquellas pequeñas cosas...' las que más nos hacían disfrutar cuando recitabas los pequeños romances de García Lorca o viejas canciones populares.

Fuiste portador de banderas de verdad y dialogante con talante para tratar la política y sus temas con tesón. Fuiste líder y, sobre todo, jefe de equipo, sin equipo no hay excelencia en los objetivos. Siempre atento a cada eslabón, incansable trabajador y dispuesto los 365 días del año a atender cualquier causa.

Fuiste un excelente maestro en la profesión enfermera, enseñando a todos los que quisieron escuchar jornada tras jornada el arte para lograr curar la 'torpidez' y salvar muchas vidas. Gran referente en el cuidar y en el curar con 'sentido común', a veces el menos común de los sentidos.

Fuiste un gran disfrutón teniendo unida a la familia; un feliz marido encontrando en tu segunda oportunidad tu alegría, tu fuerza y tu luz en Mariló y dejando como buen padre un 'tratado no escrito en educación' en tus hijos Pablo, Álex y Nacho, de los que tan orgullosos estás. El mejor padrino de la mano de la mejor madrina que ha podido tener mi hija (e hijos) en el camino hacia una vida plena.

Fuiste un hermano mayor para mí y mi mujer, una invariable rosa de los vientos y un caminante de los que hacen camino al andar. Eras grande y, de una forma tan fugaz como un cometa, acabas de hacerte infinito.

Vivir con 'sentido común' es tu lema y el resumen de tu filosofía: lo importante que es la familia para ser feliz.

Solo puedo agradecer a Dios la dicha de haber compartido tanto y tan bueno contigo. Y decirte que, aunque no estés aquí porque has iniciado tu verdadero camino, seguirás muy vivo en cada uno de nosotros y en lo que cada día hacemos.

Eso sí, Juan, 'cuñao', en esta marcha 'sinsentido' echaré de menos tus abrazos que espero me des cuando yo también sea un espíritu libre y volvamos a encontrarnos. Gracias por tu legado.

Carta a una gran persona: Juan Ignacio Salmerón Martínez.