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Josefina Alcayna Alarcón

Murcia, 16 de febrero de 2023

Una profesional de la enseñanza

IGNACIO PÉREZ PÉREZ

Para un antiguo alumno del colegio público Cierva Peñafiel de Murcia, resulta imposible nombrarla sin anteponer el «doña»: signo de respeto y cortesía, porque tales eran los sentimientos que infundía esta mujer de temple, profesional magnífica de la enseñanza. Hoy, cuando todos esos valores se han perdido o están en franca decadencia, la figura de doña Josefina, y su propia esquela incluso, se yerguen reivindicadoras: no nostálgicas de un tiempo que pasó, sino por su perenne actualidad frente al marasmo convulso que nos rodea, muchas veces, en el campo educativo.

Vino al mundo, según su necrológica, hace 92 años. Comenzó su carrera en la docencia después de duras oposiciones; y, cuando aún no se alzaban las voces del feminismo y del (muy justamente demandado) 'empoderamiento' de la mujer, ella ya había llegado a puestos de responsabilidad: con tesón, con constancia e inteligencia, sin arribismos ni influencias o amistades. Eso se llama méritos. En una época donde no éramos autónomos (no teníamos las 'competencias' en materia de Educación y Sanidad, sino que dependíamos de Madrid), doña Josefina desempeñó el cargo de Delegada Provincial del entonces Ministerio de Educación y Ciencia: acaso la única o la primera mujer de España en ostentarlo.

Pasó, posteriormente, al colegio Cierva Peñafiel en calidad de directora, dando ejemplo de laboriosidad y orden. Encabezó un magnífico equipo de maestros no burócratas de una Consejería, no gestores informáticos de una clase ni expertos en Nuevas Tecnologías y ordenadores, sino maestros de los pies a la cabeza, cuya labor era formar e informar al alumno, a quien estaban consagrados en cuerpo y alma. Cómo no mencionar a doña Ana Tapia, doña Mercedes Martínez, don José María Contreras, doña Josefa Terrer, doña Emilia García-Ripoll, doña Dolores Ibáñez, don Andrés Olmo... Junto a ellos me eduqué en el más profundo sentido etimológico de la palabra. Su despacho (¡si aquel despacho pudiera hablar!), con parqué crujiente a cada paso que el visitante daba, y con la máquina Underwood en primer plano, constituye una nítida imagen de mi memoria infantil.

Ya jubilada, ocupó la Presidencia del Consejo Escolar de la Región, aportando su experiencia, su firmeza y su rectitud a la hora de resolver cuantas cuestiones se presentasen en los distintos ámbitos donde era requerida su actuación. Crespones negros en el recuerdo de muchos alumnos del colegio y de muchos compañeros. Crespones negros en el pequeño mundo de la docencia de la Región de Murcia. Descanse en paz y reciba de Dios reposo y premio.