Ignacio Massoti Manzanares
Murcia, 20 de septiembre de 2016
Obituario Ignacio Massotti Manzanares
Un nazareno sonriente a la puerta de Ritmo
Un otoño apresurado y triste, como una incómoda brisa de escalofrío, invadía ayer la calle Sociedad. Y muchos murcianos, cuando alcanzaban la puerta de la mítica tienda Ritmo, sin preguntar siquiera a nadie, descubrían la causa. Ignacio Massotti Manzanares ya no estaba. El muy querido Nacho ya no aguardaba sentado en su silla a la puerta del comercio que heredara de su padre. Aquella sonrisa permanente, pese a los embates de la enfermedad, se apagó para siempre el domingo y Murcia es una ciudad un poco más triste.
Era Nacho un apasionado de la Semana Santa de esta tierra, que acostumbraba a disfrutar sin figurar demasiado, desde el anonimato. Hermano de varias cofradías, entre ellas la de Nuestro Padre Jesús, era el Cristo del Rescate, el que está en San Juan, la imagen que colmaba su corazón cofrade. Junto a su Nazareno lo hemos visto procesionar en los últimos años, quizá haciendo un esfuerzo casi sobrehumano, pero sin rechistar, con esa eterna sonrisa en la boca y algún chascarrillo siempre bien traído. Con clase.
Su primera procesión fue un Viernes Santo en Jesús, donde fue estante, comisario de estantes y penitente. También cargó a La Esperanza de San Juan y desfiló como penitente, regidor, vocal de material, y patrimonio y hasta monaguillo. Todo casi desde el anonimato. «Yo soy un clásico de a pie, de los de toda la vida, porque no soy una cara visible», aseguraba entre bromas. Pero lo cierto es que muchos admiraban su entrega y generosidad.
Era Nacho continuador de una saga entregada a la música y fundada por su padre y su tío, el histórico Manuel Massotti Littel, catedrático de Armonía del conservatorio de Murcia que más tarde llevaría su nombre.
Armonía es un término que podría identificar al recordado Nacho, quien, además de ofrecer instrumentos musicales y una espléndida colección de partituras y discos, también recibía a incontables amigos, que los tuvo por cientos, en tertulias apasionadas e improvisadas sobre su amada Murcia. Pues en aquella tienda igual podía encontrarse uno al alcalde de la ciudad que al último huertano de la pedanía más recóndita. Quizá fruto de alguno de aquellos encuentros a pie de mostrador surgió la idea de editar, allá por el año 2003, un cedé titulado 'Canciones murcianas', con una grabación del Orfeón Fernández Caballero realizada en 1978 bajo la dirección de Manuel Massotti.
Siempre dispuesto a sonreír, durante la presentación del disco aseguró que había reunido «una serie de canciones entrañables, que creo no deben faltar a ningún murciano. Entre ellas está el Himno a Murcia, a ver si de una vez la gente se lo aprende y no lo confunde con el Canto a Murcia de La Parranda. También lleva el himno de la Virgen de la Fuensanta, una salve de auroros y la jota murciana de Gómez Templado».
En el año 2013, Nacho fue elegido Nazareno del Año por unanimidad de todas las cofradías. En aquella ocasión, emocionado ante un galardón que no creía merecer pero que merecía como nadie, fue entrevistado por 'La Verdad' y reconocía su devoción por el Nazareno: «Yo le pido al Cristo del Rescate. Es la imagen que despierta en mi más emoción». Y tú, amigo Nacho, estoy convencido de que has despertado la misma emoción en Él y ya andas sentado a la puerta del paraíso viendo a ver quién entra .