Guy Lemeunier
Lorca, 25 de junio de 2010
JOAQUÍN GRIS JIMÉNEZ
El domingo 13 de junio los auroros de Santa Cruz cantan una misa en sufragio por su alma al historiador francés Guy Lemeunier fallecido el pasado 28 de mayo. Estaba casado con la profesora María Teresa Pérez Picazo, catedrática emérita de Historia Económica de la Universidad de Murcia. Había sido miembro del CNRS (París) y reconocido investigador sobre la historia moderna del antiguo Reino de Murcia.
Sus ámbitos de investigación preferidos fueron la propiedad y gestión pública y privada del agua, evolución de los regadíos, población y evolución del poblamiento de la región, crecimiento agrícola, oración mental metódica, economía y señoríos murcianos, la trashumancia y la Mesta, censos enfitéuticos y colonización agrícola, los diezmos, artefactos hidráulicos y censos agrarios, entre otros.
Creo recordar que conocí a Guy en el verano de 1978 en el archivo municipal de Lorca, en total un par de salas a las que se accedía por una empinada y angosta escalera. Al llegar arriba aquel habitáculo de techo bajo repleto de viejos legajos era lo más parecido a un palomar.
Al año siguiente, fue traslado al Pósito, el noble edificio que acoge al nuevo archivo da acogida a otros fondos documentales dispersos en la Cárcel, la Colegiata y el antiguo Sindicato de Riegos. De Guy siempre recordaré su buena disposición al diálogo inteligente, profundo y amable, de carácter vitalista y muy francés.
En cierta ocasión en que Induráin ganó uno de sus cinco 'tours', me comentó muy indignado que ya estaba bien de que el corredor ganara la competición año tras año que si fuera preciso tenían que tirarlo al suelo e impedir que siguiera en carrera. También era muy exigente en la selección de los artículos que serían objeto de su publicación en la revista 'Áreas'. En el segundo número -editado en 1982- me corrigió, cosa que le agradecí por mi inexperiencia, un artículo dedicado al cultivo y comercialización de una planta, la barrilla, sosa vegetal utilizada como materia prima en la fabricación de jabón y cristal, que en el siglo XVIII representaba nuestra principal partida de exportación a Francia e Inglaterra.
Aunque no haya tenido un trato continuado con Guy siempre lo recordaré con ese talante abierto, simpático, amigable y sonriente propio de persona inteligente. Guy, allá donde te encuentres que sepas que tienes un amigo que pedirá por ti para que la Santísima Virgen te conceda el premio de la salvación eterna y a nosotros la buena hora. Hasta siempre.