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¡Ginés, el maestro era usted!

Murcia, 3 de septiembre de 2020

Obituario Ginés Martínez González

El primer día de septiembre se llevaba a un hombre bueno. Ginés Martínez González fue un referente en el mundillo taurino no solo de Cartagena, sino de toda España. Llevaba tiempo malito, con su fiel hermana Mari Carmen a la vera de su cama. Mis primeros recuerdos de Ginés y su bar, en la calle La Gloria, se remontan a mi niñez, cuando, recién empezado el parvulario, pasaba por la puerta de aquel establecimiento con paredes forradas de motivos taurinos y me quedaba embelesado observando las espectaculares fotos de Botán.


Con el tiempo fui haciendo amistad con aquel hombre menudo de estatura y grande de corazón. Mi madre me dejaba pasar ratos en aquel lugar escuchando conversaciones de toros, en las que aprendía de viejos aficionados que decían haber visto a El Gallo y Manolete.


Ginés, siempre educado, vivía con pasión. Sentía con la profundidad del mejor cante jondo y del toreo puro. Su pasión desde pequeño fue la tauromaquia. Su madre regentaba el famoso quiosco del Lago, muy cerca de la calle del Ángel, que daba acceso a la plaza de toros, y allí aprendió a admirar a los toreros, a quienes dio todo su cariño, correspondido de una manera de la que muy pocos aficionados pueden presumir. Siempre tenía la palabra «maestro» en la boca, cuando se dirigía a una gran figura o al más humilde becerrista.


Del «modesto aficionado» –así rezaba su tarjeta de visita–, aprendí su proceder por la vida. Ayudó a todo novillero o rejoneador de la tierra que empezaba. Al que no le regaló un capote, le compró un sombrero cordobés. Sin esperar nada a cambio. Generoso como pocos. Esa pasión le llevó a crear la Peña Ortega Cano, a principios de los años 70, cuando el diestro de San Antón iniciaba su carrera.


Ginés era feliz llenando autobuses para seguir al torero de la tierra. De la mano de su añorado Ropalo, colaboró en 'Línea', 'La Hoja del Lunes' y 'El Mundo de los Toros', lo que le granjeó amistades como la de Matías Prats, uno de los primeros grandes personajes en visitar la peña sita en el bar La Uva del Barrio Peral. Esos años recopiló miles de fetiches, carteles, etc., que llenan su apreciado rincón taurino. Atesoraba un auténtico museo. Su última aparición fue en enero de 2019 para recibir un premio en la gala del Club Taurino de Cartagena. Se hacía querer y, en vida, recibió multitud de homenajes de asociaciones taurinas de distintos lugares, incluidas las medallas del Club y el Foro Taurino de Cartagena.


Quise que me acompañara en mi primer programa de radio. Él decía que había sido mi padrino y yo estaba orgulloso de ello, porque a él es a quien define esa palabra que tanto usaba: ¡Ginés, el maestro era usted!