Borrar

Francisca Paredes

Murcia, 12 de julio de 2012

Una señora de otro tiempo

ALEXIA SALAS/ LOS ALCÁZARES

Decía Pérez Galdós que «por doquiera el hombre va, lleva consigo su novela». La de Francisca Paredes -doña Paquita en el pueblo- hubiera dado para un serial de muchos capítulos al estilo 'Gran hotel'. De hecho, es muy posible que algún productor televisivo pasara por Los Alcázares o viera la película que John Irvin rodó en el impresionante hotel que Paquita regentaba para recrear esa atmósfera decimonónica -señorial pero no pretenciosa-, que parece encapsulada en el tiempo al pie de la playa de Los Alcázares.

Aquel patio vegetal con fondo musical de agua ha sobrevivido a doña Paquita. Al menos hasta que el progreso termine por echar la puerta abajo del establecimiento centenario y entrar en sus antiguos baños termales, en sus balcones correderos, y en sus habitaciones con baños compartidos.

Ella paró el tiempo en el hotel que su padre inauguró a principios del siglo XX y cumplió su deseo de conservarlo en las mismas condiciones.

Allí creció Paquita, a tiempo de ver el glamour del charlestón, de los primeros aviadores y las damas con sombrilla de encaje y criada. Tenía mil historias que contar sobre grandes damas, bailarinas que escandalizaban a la censura con sus letras picantes y huéspedes aristocráticos. Por el romántico edificio situado en primera línea del Mar Menor, Francisca Paredes vio pasar la historia viva de España.

Compartir tertulia con ella entre las enormes hojas que refrescan el patio del hotel era una experiencia inolvidable.