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El cura que llegó del corazón de África

Caravaca de la Cruz, 9 de junio de 2016

Obituario Dámaso-Eyi Ncogo Eyui

La iglesia parroquial de El Salvador, repleta de fieles de las distintas comunidades eclesiales de Caravaca, acogió ayer la misa exequial con la que se despedía al sacerdote de origen guineano, Dámaso-Eyi Ncogo Eyui. El corazón de este presbiterio, que ha ejercido su ministerio sacerdotal en el municipio del Noroeste desde hace más de veinte años, dejó de latir hace un par de días. El dolor de la familia que pudo acompañarle en su último viaje recibió el consuelo de cientos de fieles que se acercaron al templo para estar presentes.


Don Dámaso realizó varias tareas pastorales, pero desde su llegada fue el capellán de las Clarisas; en su monasterio, junto al Puente Uribe. Allí acompañó las oraciones de estas monjas de clausura que ayer velaron sus restos mortales desde por la mañana hasta la hora del traslado a la parroquia para la celebración del funeral.


Nació en San José Evinayong, en la provincia de Centro Sur de Guinea Ecuatorial, el 11 de diciembre de 1950. Cursó sus estudios en el Seminario Menor de Nkuefulau, en su Guinea natal y también en el Seminario Mayor de Nkolbison, en Camerum. Completó sus estudios de Teología en Burgos, en la Facultad de Teología del Norte de España.


Fue ordenado sacerdote el 6 de julio de 1985, en la Catedral de Cuenca, por monseñor José Guerra Campos, siendo incardinado en la Diócesis de Bata (Guinea Ecuatorial); allí, en tierras africanas, fue párroco de la Catedral de Bata y prefecto de Disciplina del Seminario Menor Juan Pablo II de Bata.


Por motivos de salud se trasladó a Barcelona en 1994, donde fue nombrado adscrito a la parroquia de Santa María Magdalena, de Viladecans. Un año más tarde, en 1995, llegaría a la diócesis de Cartagena y desde el primer momento fue destinado a Caravaca; desde esa fecha ha sido capellán de las religiosas Clarisas, cooperador de la Parroquia de El Salvador de Caravaca de la Cruz (1995-2011), colaborador del Santuario de la Santísima y Vera Cruz (2004-2011) y párroco de las iglesias de Nuestra Señora de los Dolores, en las pedanías caravaqueñas de La Almudema y La Encarnación; así como de la parroquia de la Purísima, en Los Royos y Tarragoya; desde 2011 hasta 2014.


La Misa exequial fue presidida por el vicario general, Juan Tudela, en ausencia del obispo de Cartagena, que se encuentra fuera de la Diócesis, y concelebrada por varios sacerdotes. El coro de la parroquia de El Salvador cantó durante la celebración que finalizó con un sonoro aplauso de los fieles congregados en el templo, que acompañó el traslado del féretro por el pasillo central a hombros de varios hermanos en el sacerdocio y fieles de varias parroquias hasta la puerta principal de la iglesia.