Don Manuel Pirrete
Molina de Segura, 5 de julio de 2017
‘In memoriam'. El pasado sábado 24 de junio los ciudadanos de Molina de Segura amanecimos con la horrible noticia del fallecimiento de nuestro querido peluquero, vecino y amigo Manuel Pirrete, motivado por un infarto repentino. La información sobre su muerte nos dejó a todos los que le conocíamos tocado el alma y el corazón y no dábamos crédito a lo que la fatalidad se había llevado por delante.
Hay personas que pasan por esta vida con más pena que gloria, casi de puntillas y sin grandes gestos que los dignifiquen, pero Manuel era todo lo contrario; genuino, único, desprendía cariño por cualquier poro de su piel y se hacía de querer. He de confesar que quizás yo no sea la persona más indicada para escribir en su memoria-perdonadme en este caso-, pero su pose ha sido tan enorme para tantas personas y para mí que ahora me siento en la necesidad de dar rienda suelta a mis emociones y manifestar que sus actos, sus palabras y básicamente su «yo», lo definían como a alguien muy especial; quizás el tiempo, caprichoso por antonomasia, nos prohibió de que nuestra amistad creciera y se fortaleciera.
Ahora tengo la desesperada tentativa de aprisionar en estas líneas una muerte que aún no he asimilado, que me niego a aceptar y que tardaré mucho tiempo en digerir. Aún paso con el coche por la puerta de su peluquería, con la fiel intención de ver que él sigue ahí, que todo ha sido un error, que la muerte perdió su personal batalla ante la vida y que Manuel Pirrete continúa iluminando con su particular visión de las cosas a este oscuro mundo frío y desvirtuado por momentos.
La conciencia me juega malas pasadas y me confunde y me arrastra a la realidad más terrorífica, y sólo encuentro su espacio vacío, su fachada y sus luces apagadas, su bandera española de luto, triste, caída y derrotada, y su «aquí estoy yo» sucumbido por la tremenda fatalidad de una muerte para nada por mi esperada.
Pero me sigo negando a aceptar la muerte de Manuel, -siento mi pesadez y mi tozudez- y consciente de su gran actividad de publicaciones en Facebook, reviso todos los días su muro para ver si hay algo nuevo redactado por él, «un simple estoy bien, hola amigos, aquí sigo, todo ha sido un mal sueño», pero sólo encuentro cientos de mensajes que lo recuerdan, que lo despiden, que lloran su muerte y que me trasladan a la cruda realidad más absoluta.
En este sentido, los amigos que seguíamos las publicaciones que realizaba Manuel Pirrete en la red social Facebook, atisbábamos a una persona inquieta, en ciertos momentos atormentada y muy sincera con sus sentimientos. Podíamos leer una gran cantidad de versos cargados de emoción, sabiduría y experiencias de vida. Y aquí encontramos a su verdadero ser y a su «legado», tal y como él mismo definía, dejando constancia de que ante todo siempre escribía «desde su alma para nuestro corazón».
Te queremos muchísimo Manuel, siempre te recordaremos y estarás en nuestros corazones.