Don Luis Murcia Martínez
Alcantarilla, 4 de agosto de 2017
Obituario Luis Murcia Martínez
Acaba de fallecer Luis Murcia Martínez, un gran ejemplo de virtudes diversas como ser humano y como profesional. Jubilado desde hace unos años, dedicó gran parte de su vida profesional a las matemáticas y la informática dominando a la perfección los lenguajes de conexión y funcionamiento de las intrincadas redes de intercomunicación de datos. Hace pocos años, al saludarme e ir a tomar el café mañanero, me anunció, con absoluta naturalidad, que le habían diagnosticado alzhéimer, lo que él sabía que significaría el paulatino deterioro progresivo de su propia red neuronal.
Natural de Alcantarilla y con vocación científica, cursó Químicas, la única carrera científica posible en la raquítica universidad murciana de los años 50. En los 60, en el Departamento de Química Orgánica, dirigido por el profesor Antonio Soler Martínez, nació un pequeño grupo (que nos convertimos en grandes amigos) formado por Paco Sabater, Luis y yo, iniciando los primeros intentos de investigaciones bioquímicas en la Región de Murcia. Bajo la batuta de Paco, tanto él como yo realizamos nuestras tesis doctorales; la de Luis (1968) sobre un tema de gran interés teórico y práctico regional: 'Participación del ácido ascórbico en la respiración del limón'.
Eran tiempos duros. Los PNN (profesores no numerarios) estábamos en precario, profesional y económicamente. De ahí que durante años este trío de amigos coincidiéramos en actividades como clases particulares, fabricación artesanal de algún colorante para la industria conservera, asesorías esporádicas a pequeñas empresas, lucha para la dignificación de la carrera universitaria, etc. O, como el precio de los aparatos comerciales era muy alto, en la fabricación artesanal por parte de Luis y mía, durante muchas horas nocturnas, de nuestros dos primeros televisores (repletos de cables y en blanco y negro). Lo que compatibilizábamos con nuestras actividades científicas, profesionales, viajes para asistir a congresos, viajes familiares vacacionales, etc. En resumen, una bella relación de amistad.
Pero la vocación de Luis eran las matemáticas y la informática y en la primera oportunidad tras pasar por la etapa de profesor adjunto, logró la plaza de profesor titular de Matemáticas, por lo que, en 1975, al hacerse cargo Paco Sabater del rectorado de la Universidad de Murcia (UMU), designó a Luis como primer director del recién creado Centro de Procesos de Datos universitarios, uno de los primeros de las universidades españolas. Alberto Requena fue el subdirector y uno de sus días de alegría, en 1980, el de la instalación de un entonces caro mastodóntico ordenador, adquirido con fondos propios de la UMU, el IBM Serie I de 16-bit, un sistema de computación de propósito general que ofrecía capacidades tanto de comunicaciones como de sensores y adjuntaba un gran número y variedad de dispositivos de entrada y salida, incluyendo dispositivos personalizados para requisitos de aplicaciones especiales. Sin duda hoy día un pequeño Smartphone es posible que tenga mayor capacidad. Los terminales y dispositivos remotos basados en ASCII podían conectarse a través de una tarjeta de E / S con una interfaz RS-232 para ser más compatibles por lo que, además de lenguaje conducido por eventos (EDL) también estaban disponibles lenguajes de alto nivel como FORTRAN IV, PL / I , Pascal y COBO.
Las inquietudes profesionales de Luis le hicieron pasar sucesivamente a organizar con gran brillantez y eficacia los inicios de los servicios informáticos de importantes organismos de nuestra región: Ayuntamiento de Murcia, Comunidad Autónoma y Catastro, donde tuvo lugar su jubilación.
Luis ha sido una persona modesta, responsable, perfeccionista muy inteligente, que nos asombraba por su dominio de lo que para nosotros eran lenguajes informáticos indescifrables. Seguramente ya también disfruta descifrando el lenguaje de la eternidad.