Borrar

Antonio Mora

Murcia, 11 de enero de 2011

ANTONIO ZAMORA


El pasado día 23 de diciembre falleció nuestro buen amigo Antonio E. Mora. Inolvidable persona y un gran murcianista. A lo largo de su intensa vida, el Real Murcia siempre ocupó un lugar especial. Descubrió este club siendo niño y terminó su vida acompañando a sus nietos a cada partido, domingo a domingo.


Al igual que otros grandes socios, Antonio irradió murcianía. Supo inculcarnos su amor a los colores de este club, en las alegrías y en las penas, cuando celebramos los ascensos, pero también cuando los malos vientos y tempestades nos movieron de primera a segunda, y de segunda A a segunda B.


Este, sin duda, debe ser el verdadero espíritu de quienes se reconocen como socios de nuestro club, que son abonados porque tienen un carné, pero que, por encima de todo, son socios porque realmente siguen unos colores de manera incondicional.


Animo a todos los seguidores del Murcia a que aprecien y guarden con cautela esa llama de murcianía que otros les inculcaron cuando fueron niños, en esos mágicos domingos de camino al estadio.


Yo, personalmente, tuve la suerte de tener un padre que, como Antonio E. Mora, fue un socio de verdad, de esa casta que hoy pretendo homenajear. Recuerdo aquellas tardes de domingo, cuando por su edad ya no podía ir al estadio, en las que mi padre permanecía en casa, callado durante largas horas, hasta que, cerca de las siete, hora fatídica para el fin de todos los partidos, preguntaba: ¿cómo va el Murcia? Nosotros, si ganaba, se lo decíamos; si empataba, le decíamos que faltaba poco; y si perdía, nos veíamos obligados a decirle una mentira piadosa para evitar que sufriera. Después de aquella pregunta, ya no hablaba más en toda la tarde.


Quisiera aprovechar estas líneas para homenajear, en la persona de Antonio Mora, a todos esos socios de nuestro Real Murcia que marcharon ya a esa Condomina eterna desde donde, con toda seguridad, estarán animando a su equipo pimentonero cada domingo, a la espera de ese merecido ascenso con el que toda la familia murcianista sigue soñando.