Adolfo Gómez Gómez
Murcia, 14 de marzo de 2014
Adiós a un hombre enamorado de su familia y su trabajo
JESÚS YELO
Ricote ha perdido esta semana a unos de sus más ilustres vecinos, a la vez que querido y conocido. El corazón de Adolfo Gómez Gómez dejó de latir a los 101 años después de una intensa y muy interesante vida, que tuvo en su familia y el trabajo sus ejes principales.
Admirador de Adolfo Suárez -el personaje público que más le impresionó-, Adolfo Gómez ejerció la carrera de maestro durante muchísimos años, cursando antes Magisterio con inolvidables compañeros como Andrés Montalbán, Sebastián Ibernón y Pedro Avilés, ya fallecidos. Entre sus destinos destaca Ricote durante muchos años, pero también La Algaida y Los Dolores de Cartagena, entre otros. En entrevista publicada por este periódico y con ya casi cien años a sus espaldas, Adolfo pedía a sus compañeros de profesión que «estudien y se formen mucho sin desmayo alguno» y que «impartan sus enseñanzas sin partidismo y con gran vocación». Pero sobre todo, les pidió «que infundan valores, y siempre predicando con el ejemplo».
Hincha del Real Madrid -todo lo contrario que su yerno Pelegrín Moreno, adorado y muy recordado por todos, incluido por quien estas líneas suscribe- Adolfo Gómez fundó, en compañía de José Torrano Banegas, el histórico club de fútbol local Atlético Montañés, y fue un enamorado de la huerta haciendo de hombre bueno en los conflictos por el agua. Con motivo de su centenario, el 27 de septiembre de 2012, el Ayuntamiento de Ricote le tributó un especial homenaje al que no faltó el primer edil, Celedonio Moreno, y toda su familia.
Persona entrañable y muy trabajadora, una de sus principales cualidades -que llegó a ser obsesiva- era su puntualidad. Hasta el punto de que hay un dicho en Ricote que le adjetiva y lo define muy elocuentemente: «Corres más que Adolfo». Pero si hay una virtud que caracterizaba a Adolfo Gómez era su amor a su familia, muy numerosa por cierto.
Por eso, sus tres hijas -Teresa, Flori y Rosa-, más sus doce nietos y sus doce bisnietos, pueden estar más que orgullosos de él. Precisamente uno de sus nietos, nuestro querido amigo Ángel Pablo Cano, ante un público que llenó la iglesia de San Sebastián antes de recibir cristiana sepultura, pronunció unas bonitas y emotivas palabras que salieron de su corazón para glosar su figura: «Ayer perdimos a un hombre que ha sido para todos abuelo, padre, amigo, modelo y maestro y que nos ha transmitido la mejor enseñanza posible: a ser una familia; por eso permanecerá a través del mejor legado posible por intentar inculcarnos el valor del esfuerzo, de la honestidad, del trabajo y del la generosidad». Descanse en Paz.