No puedo ser insensible a la desaparición del excelente profesional y magnífico director del diario LA VERDAD Juan Francisco Sardaña. Soy un murciano en el exilio tantos años como tiene nuestra Constitución.
Los murcianos se estrenaron con la democracia votándome senador por Murcia. Pero ello es solo la mitad de lo sucedido en mi carrera. La otra mitad vino dada por el gentil trato que me fue concedido en las páginas de este diario, por parte de los grandes profesionales que ilustraban todos los días a los lectores, hasta el extremo de que, cuando protagonizaba mítines en Cartagena, Lorca, Cieza, Espinardo y San Javier, entre otros municipios, los votantes sabían más de mí y de mis ideas políticas que yo mismo.
En el cielo nos están esperando los mejores murcianos de los siglos XX y XXI. Muchas gracias, querido Juan Francisco, por tu ejemplaridad.