Un rockero generoso con la vida
Murcia, 3 de mayo de 2018
Obituario. Ángel Rosique
Son muchas las cualidades en las que se puede reconocer el alma del lumbrerense Ángel Rosique García. Una persona alegre, jovial y participativa. Espíritu incansable, capaz de dar lo mejor de sí desde los extremos. Como parrandero, junto al grupo de coros y danzas de Puerto Lumbreras, o como eterno rockero, desde las diferentes formaciones en las que estuvo involucrado.
Fue 'alma mater' (voz y guitarra) del mítico grupo Alambrada, formación murciana de rock de principios de los años 90 que consiguió hacerse un nombre en el mundo musical gracias a una primera maqueta de letras comprometidas. Una banda que ha recorrido buena parte de los rincones de la geografía española y por la que han pasado músicos y amigos. De hecho, en 2010, con la incorporación de nuevos miembros, volvieron a la carga para sacar su último disco de estudio, bajo el título 'Sin Vivir'.
Pero si existe una cualidad que pueda englobar la esencia completa de esta gran persona es, quizá, su generosidad.
Generosidad a la música, infatigable en la ayuda a todas aquellas briznas de jóvenes ilusiones para dar los primeros pasos en el terreno musical. Generosidad por su familia, la de sangre, tan amada para él, y a la que fue sumando otra mucho más extensa; la militar, como brigada en su trabajo; y la musical, a través su dedicación absoluta durante más de 30 años a través del sonido de las Fender, las Gibson y sus amplificadores Marshall. En definitiva, generosidad a la vida, porque Ángel Rosique era así, un corazón abierto para vivir entregando.
Ayer, familiares y amigos acompañaron a Rosique en su despedida. Fue el último de adiós. A muchos de ellos, aún les cuesta asimilar que se haya ido una persona tan generosa y tan buena, que siempre ofreció lo mejor de sí en todos los aspectos de su vida para tratar de hacer felices a las personas que le rodeaban.