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In memoriam de la Académica de Honor de las Ciencias

Otras localidades, 14 de agosto de 2022

No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague. Quienes sabían del estado de salud de la profesora doctora Concepción Sánchez-Pedreño podían intuir que el plazo impuesto por la naturaleza estaría pronto a finalizar. Y así ha sido. Conchita, nombre familiar para los amigos, colegas y todos los que tuvimos la fortuna de conocerla, ya no está entre nosotros. Falleció el pasado 10 de agosto, en la intimidad familiar, como ella deseaba para ese tránsito inevitable.
Deja una estela admirable, digna de ejemplo por su calidad científica y humana. Nacida en Murcia, siempre hizo gala de murcianía llevando el nombre de nuestra Región a numerosos foros. Estudió Ciencias Químicas en la Universidad de Murcia, obteniendo la Licenciatura en 1952 y el Doctorado en 1957, en ambos casos con Premio Extraordinario. Si poco común era que en esa época una mujer estudiase una carrera de Ciencias, insólito resultaba que lo hiciese con tanto éxito. Adelantada en esos tiempos, consiguió en 1972, en dura competencia, la Cátedra de Química Analítica de la Universidad de la Laguna, siendo la primera Catedrática de esta disciplina en España.
Tras su retorno a la Universidad de Murcia en 1975, prosiguió en su querida tierra su intensa labor investigadora junto a su vocacional dedicación a la docencia. No fue esta tarea fácil para Conchita, que tenía que compaginar la absorbente actividad profesional con la personal, actuando como madre y esposa. Pero Conchita, persona de firmes convicciones, no se arredraba nunca y no había dificultad que la detuviese, ni siquiera los duros golpes que la vida le proporcionó. Su actividad en el ámbito universitario (directora de Departamento, decana de la Facultad, miembro de Comisiones a escala nacional, entre otros) le valió reconocimientos de gran mérito (Medalla de Oro de Química de la Real Sociedad Española de Química, Laurel de Murcia en investigación 1972 y premio José Loustau a los valores humanos).
En todo momento, estuvo en la vanguardia de la investigación en su campo, evolucionando desde los pioneros estudios sobre indicadores de adsorción, pasando por avances en fotoquímica, metodología en continuo y métodos electroanalíticos, hasta los más modernos sensores químicos, como se demuestra en dos centenares largos de artículos científicos publicados en tiempos difíciles para los científicos españoles, junto con los numerosos trabajos de investigación tutelados que dirigió.
Dedicación y entusiasmo
En 2005 fue nombrada Académica de Honor de la Academia de Ciencias de la Región de Murcia. Sus méritos docentes fueron tan excelentes como los de investigación. Todos los que disfrutaron la fortuna de tenerla entre sus profesores recuerdan su dedicación y entusiasmo al transmitir con rigor científico los conocimientos de su disciplina y se lo manifestaban a modo de merecido galardón cuando la encontraban en cualquier lugar.
Figura señera de la Química Analítica a nivel internacional, era no solo una magnífica científica sino también persona de extrema calidad humana. Y así, para orgullo y satisfacción de su familia, amigos y todos los murcianos, la recordaremos quienes tuvimos el privilegio de contarnos entre sus discípulos.
Descanse en paz.