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El guardián de la cascaruja del Tostadero Solano

Murcia, 25 de julio de 2019

Obituario Juan Solano Guillermo

Juan Solano Guillermo era seguramente el comerciante más querido de Santa Eulalia. Por su sentido del humor, por su afabilidad (ponía contento a todo el mundo) y por su resistencia al frente de uno de los negocios más auténticos de la capital, el Tostadero Solano. El pasado domingo, a los 75 años, falleció en el hospital de la Arrixaca. En septiembre se oficiará una misa funeral en su recuerdo, según confirmó ayer su hijo Eduardo, continuador de un establecimiento con aromas de una Murcia extinta. La famosa 'cascaruja' de Solano, conocida hasta en la Casa Real, quizás no tenga ningún secreto, pero si lo tiene, seguramente, es el mimo que gente como Juan puso en hacer próspera una tienda de barrio de esas de siempre. Fundado en 1941 por su padre, Eduardo Solano, Juan dedicó a este lugar, una institución en Santa Eulalia, toda su hoja de vida laboral. No solo frutos secos -tueste diario artesanal desde su fundación-, sino caramelos de todo tipo, «con y sin azúcar», y las clásicas combinaciones crujientes, de las que Juan podía presumir y que aparecen anunciadas en carteles escritos a mano con rimbombantes lemas. Recomendaba, por ejemplo, las bayas del Goji, por sus 33 propiedades y por hacer que aumente el apetito sexual. Este tipo de comentarios, soltado generalmente por lo bajini, hacían reír obviamente a la clientela, consiguiendo que todo el que entrara malcarado saliera con una sonrisa dibujada y un cartucho de papel repleto de almendras, torraos y cacahuetes aún calientes, recién salidos del horno.


Juan Solano comenzó a andar por el negocio montado por su padre con 13 años. Primero en la calle San Antonio y después en la calle Nicolás Ortega Pagán, donde se encuentra actualmente, junto al centro de interpretación de la muralla y frente al centro de mayores del barrio. Allí estuvo, con la misma fidelidad con la que leía a diario 'La Verdad', hasta hace unos días. «Estuvo aquí hasta que pudo», decía ayer Eduardo, su hijo, abrumado por la cantidad de mensajes de condolencia que ha recibido estos días. «No podía llegar a imaginar cuánto quería la gente a mi padre, quiero agradecer desde aquí a tanta gente que se ha acercado a darnos el pésame a la familia».


Los elogiosos comentarios hacia la figura de Juan Solano han llegado especialmente desde el ámbito cofrade, pues, no obstante, según Eduardo, «el 70% de las cofradías y hermandades de Murcia son clientes de toda la vida del tostadero».


Según Carlos Valcárcel Siso, «el barrio se queda huérfano, pues pierde a una de las personas más entrañables y vinculadas al mismo con compromiso y tradición. Nos queda el consuelo de seguir viéndote y recordándote en la magnífica persona de tu hijo, que ha cogido tu testigo y tu testimonio de bien». El presidente de los 'coloraos' le daba las gracias en Facebook: «Por tu profesionalidad, siempre al pie del cañón; por tu trato y conversación amables, por haber regentado durante muchísimos años ese tostadero que convertiste en un oasis donde recalábamos los amigos para detener el tiempo y recrearnos en una Murcia deliciosamente provinciana que, tristemente, tiende hacia su desaparición. Guárdame, para cuando llegue al Cielo, un cartuchico de cascaruja. Lo degustaremos junto a mi padre y tantos y tantos amigos que hiciste y dejaste en la tierra».