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Don Diego Luis Pacetti López

Alcantarilla, 1 de noviembre de 2017

Obituario Diego Luis Pacetti López

Alcantarilla llora en los recuerdos a la persona que desde hace muchas décadas no ha cesado en hacer creer la importancia de la historia de su ciudad, las artes, sus costumbres y sus tradiciones. Esa fue la ardua tarea de quien el pasado lunes se ausentaba, sin mucho ruido, pero con el cariño y la admiración de quienes le hemos conocido.


Yo, en mi caso, durante los treinta años que ya llevo en el Ayuntamiento, más los que tuve la oportunidad de conocerle desde las tareas informativas en 'La Verdad', como corresponsal, me encontré siempre con un hombre afable, voluntarioso, comprometido, tozudo en sus creencias. Nunca dejó de tenerlo todo atado y bien atado. La improvisación para él no existía. Las llamadas para comprobar que todas las previsiones estaban confirmadas eran pura rutina. Nunca desfalleció, siempre supimos que teníamos a una persona que sumaba, que apostaba y que, finalmente, lo conseguía.


Diego era un hombre de carácter abierto, natural y entrañable, que se emocionaba espontáneamente con todo cuanto estaba relacionado con la sensibilidad de los asuntos que tenían connotaciones afectivas y sociales. Conseguía buenos resultados de gestión y emociones positivas entre interesados, afectados o galardonados, si era el caso.


Nació en Alcantarilla en 1944, en el populoso barrio de San Roque, en la mismísima calle de San Roque. Lo hizo en el seno de una familia muy trabajadora. Hijo de Manuel, un hombre honesto que durante años había sido juez de paz, y de Ángeles. Su familia la completaba junto a sus dos hermanas, Socorro y María Ángeles, ya fallecida. Su condición de único varón le llevó a seguir los pasos de su padre como nazareno, como 'sanjuanista' y como emprendedor de grandes retos alrededor de nuestro Museo de la Huerta.


Diego siempre tuvo un apoyo fundamental, su esposa, Cati Navarro Abellán. Se conocieron muy jóvenes. Ella ha sido su respaldo y soporte, ayudándole a triunfar en los momentos que comenzó a desarrollar su vida profesional. Siempre a su lado, formando una gran familia con cuatro hijos: Ángel Manuel, María de las Mercedes, Ana María e Inmaculada Fabiola, a los que ya hay que unir un importante número de nietos. A todo ellos, les inculcó e instruyó en todos esos grandes valores que durante su vida ha venido impartiendo a todos los que estaban cerca. Su inicio laboral fue siendo un niño, ejerciendo en el negocio familiar. No obstante sus inquietudes emprendedoras le hicieron crear su propia industria dedicada a desarrollar la actividad del vidrio y el cristal. Con el tiempo se convirtió en uno de los más capacitados expertos de la Región en su profesión. Uno de sus más acreditados proyectos y logros consistió en realizar la pecera que contuvo el submarino de Isaac Peral y el acristalamiento del pabellón de la Región de Murcia en la Expo 92 de Sevilla.


 


Cofrade 'sanjuanista'


En nuestra Semana Santa lo fue todo, un magnífico nazareno. Desde 1972 y hasta el pasado año, presidió la Hermandad de San Juan Evangelista y Archicofradía de María Santísima del Rosario, teniendo también uno de sus máximos galardones, el Águila de Oro de la misma. Fue presidente de la Junta de Hermandades Pasionarias de Alcantarilla, pero también en 1996 fue designado Cofrade Mayor de la Semana Santa de la localidad, completándose las distinciones de la misma al recibir en 2016 el Escudo de Oro de la Junta de Hermandades Pasionarias.


En cuanto a su otro gran celo, el Museo Etnológico de la Huerta, fundó en 1990 y presidía hasta hoy la Asociación de Amigos del Museo de la Huerta. Destacó su trabajo y apoyo en los momentos más decaídos de nuestro museo, creando durante su mandato una de las publicaciones más importantes de la Región de Murcia, 'Cangilón'.


Diego nos deja un camino difícil de seguir. Su ímpetu siempre le llevó a mejorar, a rozar la perfección. Deja a varios cientos de amigos de la asociación, pero también a un grupo de grandes colaboradores, que a buen seguro, para honrar su memoria, continuarán con su proyecto.


Ayer, en la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, se celebró su sepelio. El pueblo de Alcantarilla, junto a los 'sanjuanistas', gritó como lo hacía Diego, cada vez que su San Juan Evangelista o Bautista salía por la puerta de la iglesia a procesionar por las calles de nuestra ciudad, el grito que siempre emocionado realizaba: ¡¡Hermanos. Viva San Juan!!. Descanse en paz un gran alcantarillero, y el consuelo para la familia por esta gran pérdida.