Corresponsal de prensa y un hombre de bien
Cartagena, 12 de enero de 2019
Obituario José María Molina Martínez
Mi vocación periodística y amor por la escritura, que ya cumplen cuarenta años, y el interés en sustituirle como corresponsal del desaparecido diario 'Línea' de Murcia, allá por 1978, fueron decisivos para que un servidor se iniciara en las tareas periodísticas y así poder brindarle, por ejemplo, este merecido y emotivo obituario a un hombre de bien, a quien estaré eternamente agradecido por la oportunidad que en aquel entonces me brindó para dedicarme a esta hermosa tarea de informar.
El pasado jueves se fue José María Molina Martínez (Cartagena, 1924) como consecuencia de una fractura de cadera que le mantuvo hospitalizado varios días en el Hospital Lorenzo Guirao de Cieza. Mayor de siete hermanos, la muerte de su esposa, Natividad Carrillo Manuel, fallecida hace justo cuatro años, y con la que contrajo matrimonio el 17 de noviembre de 1949, le afectó sobremanera, pues no en vano compartió con ella toda una vida, más de setenta años, y cinco hijos, todos varones, que les proporcionaron once nietos, once biznietos y uno que viene de camino. Memorable fue el acto de celebración de sus Bodas de Oro en 1999.
Entre muchas, dos han sido las virtudes que han adornado la vida de 'Pepe de la Nati', como se le conocía en Abarán y donde recaló con apenas diez años, previo paso por La Estación: su amor por la familia y su pasión por el trabajo. Fue factor de Renfe durante ocho años en Chinchilla y finalmente en la Estación Blanca-Abarán. Junto con su mujer regentó un conocido comercio de mercería en lo que hoy es la calle Doctor Molina. Y montó una agencia de transportes de fruta junto a un hermano. Tuvo dos sedes: frente al almacén de Los Malillos y cerca del parque municipal. Casi tres décadas funcionó este negocio, por el que pasaron centenares de pequeños agricultores, que depositaban sus «cajas y platicos de fruta» con destino a los mercados nacionales, previa recogida de sus almacenes o domicilios, tarea en la que echaron una mano sus hijos.
Pero a Mármol, nombre con el que firmaba sus crónicas deportivas, hay que agradecerle que el pueblo de Abarán sea conocido en toda España por sus trabajos, tanto en 'Línea' como en 'Hoja del Lunes' durante más de veinticinco años, con motivo de los años gloriosos del C.D. Abarán en la Segunda División del fútbol en la década de los sesenta, con Carmelo Morte y Constantino Carrasco como principales referentes en la presidencia del club. Él contó en primera persona aquel histórico ascenso a Segunda División en la temporada 62-63, tras proclamarse campeón en Tercera División. Dos años permaneció en la categoría de plata y Mármol firmó crónicas de partidos memorables, como los disputados en aquellos años en Las Palmas, Granada, Málaga, Tenerife, Mallorca y Huelva. Trabajador incansable, noble esposo y buen padre de familia, descansa en paz, querido amigo.