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Adiós a un gran sanador de almas

Murcia, 14 de mayo de 2020

Obituario Pedro Azuar Guardiola

Fue siempre de la mano de Dios en su vida, y desde el pasado martes ya se encuentra donde descansa la buena gente. El sacerdote diocesano Pedro Azuar Guardiola falleció a los 93 años en Murcia, donde vivía actualmente. Nació en Jumilla, en la calle Corredera, epicentro del casco antiguo, y fue el primer hijo del matrimonio formado por Pedro e Isabel. Su padre se dedicó a la medicina por vocación, y ese sentimiento de ayuda a los demás que siempre se vivió en su casa caló desde niño en Pedro. Pero tomó la decisión de no seguir los pasos de su progenitor, ya que siempre tuvo muy claro que iba a dedicar su vida a sanar almas.

Pedro Azuar llegó al mundo el 9 de diciembre del año 1926 y fue bautizado en la parroquia del El Salvador de Jumilla. Con 20 años, recibió la vocación para el sacerdocio e ingresó en el Seminario Mayor de San Fulgencio de la capital murciana, donde realizó los estudios de Filosofía y Teología. Al finalizar, el 29 de junio de 1952, el entonces obispo de la Diócesis de Cartagena, Ramón Sanahuja, lo ordenó en la parroquia Mayor de Santiago, lugar donde muchos feligreses aún lo recuerdan.

En sus casi 50 años dedicados a su misión pastoral, hizo infinidad de amigos, compañeros y 'nuevas familias' que quedaron repartidas a lo largo y ancho de la Región de Murcia. Desde su primer destino en el Carmen de Cartagena, pasando por Murcia, Moratalla, Fuente Álamo, Mazarrón, Lorca y Molina de Segura, siendo su última encomienda la capellanía de La Arrixaca, donde estuvo once años. Pedro Azuar hizo una gran labor pastoral en este centro hospitalario, sobre todo, por haber mamado en su casa la vocación de su padre, un médico siempre entregado, servicial, atento y, sobre todo querido, que transmitió en todo momento a sus hijos los grandes valores de la vida. Se ha ido un hombre que hizo el bien allá donde pisó.